Tenía intención de hacer un rápido balance de lo que ha sido el 2013 pero no lo voy a hacer, simple y llanamente porque no hay años que estén bien y años que estén mal. Para mí, hay años con más o menos aprendizaje o con aprendizajes más o menos profundos. Eso significa que existen temporadas tranquilas, donde vivimos de “vacaciones emocionales” y otras en las que los cambios, las circunstancias o aquéllo que sentimos en lo más profundo a causa de ésto último nos conducen a tal intensidad que parece que hayamos sobrevivido a un huracán y anhelemos desesperadamente la nueva calma después de la tormenta. Y estos últimos años de mi vida han sido de profundo cambio y aprendizaje, donde cada momento complicado ha sido recompensado por la gratitud de lo aprendido y la satisfacción del logro obtenido.
Quizás no estés de acuerdo conmigo y quieras hacer balance de tu año, quedándote en ese anhelo de algo más… Está bien. No obstante, si eres de esas personas que ha pasado la vida, hasta este momento, esperando que suceda algo… Hoy quiero decirte que al final, lo único que sucederá en tu espera, es la VIDA. Y por eso, este 2014 se presenta ya como una gran oportunidad; la oportunidad de salir ahí afuera y hacer que las cosas pasen.
Te invito a aprovechar este ratito que le queda al año vigente para practicar la gratitud: toma consciencia de todo lo que ha sucedido, de cuánto has conseguido hasta el día de hoy y dedica unas palabras a aquellas personas que han recorrido el camino a tu lado (¡vale todo: una llamada, un Whatsapp, un correo electrónico!). Seguramente, esta metáfora que te dejo a continuación te motive a hacerlo:
EL TREN DE LA VIDA
La vida es como un viaje de tren, con sus estaciones, sus cambios de vías, sus accidentes… Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres y creemos que siempre viajarán a nuestro lado pero, en alguna estación, ellos se bajan dejándonos solos en el viaje. De la misma forma, subirán otras personas que serán significativas: nuestros hermanos, amigos, hijos y hasta el amor de nuestra vida. Muchos bajarán y dejarán un vacío permanente. Otros pasan tan desapercibidos que ni nos daremos cuenta de que dejaron vacío su asiento… El viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, esperas y despedidas. Precisamente por ello, el éxito consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros, en dar lo mejor de nosotros.
El gran misterio para todos es que no sabemos en qué estación nos bajaremos y por eso debemos vivir la vida de la mejor forma que sepamos: amando, perdonando, ofreciendo lo mejor de nosotros mismos. De esta forma, cuando llegue el momento de desembarcar y nuestro asiento quede vacío, dejaremos bonitos recuerdos que seguirán viajando en el tren de la vida.
La vida te colmará con nuevos logros en este año que viene sencillamente por ser como eres y deseo que lo vivas lleno de felices e intensas emociones.
Para este 2014: Sal a pasear. Regala sonrisas. Haz tu álbum familiar. Cuenta las estrellas. Llama a tus amigos por teléfono. Acuéstate todos los días habiéndole dicho a alguien “te quiero mucho”. Vuelve a ser un/a niño/a. Juega y ríe mucho. Dí que sí. Lee un buen libro. Pide ayuda. Corre. Cumple tus promesas. Canta sin vergüenza. Salta sobre la cama. Hazte voluntario/a. Cambia de peinado. Detente a reflexionar. Devuelve un favor. Termina un proyecto. Rompe con un hábito. Redefine tus logros. Concédete ese baño de espuma. Recuérdate todo aquello que haces tan bien. Relájate. Felicítate. Disfruta de tu tiempo de ocio. Exprésate libremente. Trátate como tratas a tus mejores amigos. Escribe. Acepta cumplidos. Perdónate. Déjate cuidar. Muestra tu felicidad. Aprende aquéllo que hace tiempo deseas estudiar. Tócate la punta de los pies. Contempla la belleza de una flor. Deja atrás los “no puedo”. Empieza nuevas tradiciones familiares. Potencia tus habilidades. Rememora bonitos momentos. Date permiso para brillar con toda tu luz. Juega con tu mascota. Disfruta del mar (¡aunque sea en tu imaginación!). Pasa más tiempo con tus hijos. Ayuda a los más mayores. Vitorea a tu equipo favorito. Con cada logro, date una palmadita en la espalda. Delega tareas. Atrévete a dar un paso más allá. Haz cambios. Pinta un cuadro. Saluda a un desconocido. Ve a un museo. Haz sentir bienvenido a alguien. Recréate en el silencio. Recuerda que no estás solo/a. Dale nombre a una estrella. Cumple una promesa. Hazte un regalo. Ámate.
Por este año y los que vendrán… ¡No te preocupes! Conéctate al presente, sé consciente de los latidos de tu corazón, de cada sonrisa amiga y de todos tus pasos… Para empezar el “año nuevo, vida nueva” lo único que necesitas es: ¡VIVIR!
Gracias por ser pasajero/a de mi tren.