Aunque nunca los conocimos personalmente, estos mismos espectadores nos compusimos una imagen idílica de los integrantes de esta familia. Los imaginamos amorosos, unidos, íntegros, laburantes, solidarios, ajenos a toda veleidad estelar.
Tras formarse con Carlos Gandolfo y Agustín Alezzo entre otros grandes, Carlos ejerció como actor, director de teatro y maestro de actuación. Por su vasta trayectoria, en 2010 recibió el título honorífico de “Ciudadano Destacado” de su ciudad natal, La Plata, además de una plaqueta testimonial y de un diploma enviados por el alcalde de un municipio de Cádiz en reconocimiento a su ascendencia andaluza.
Sin embargo, la mayoría de los argentinos lo recordará como actor de reparto, sobre todo de televisión. Los cabellos negros y la contextura retacona le depararon personajes en general funcionales a los estereotipos más difundidos del conurbano bonaerense. El intendente corrupto de El puntero es uno de los ejemplos más ilustrativos en este sentido.
Moreno y su familia rara vez expusieron su vida privada. A lo sumo en alguna entrevista se refirieron tangencialmente al transplante de hígado al que Adriana se sometió en 2003 y al infarto que Carlos sufrió en septiembre del año pasado.