Este post no es objetivo. Bueno, este blog nunca es objetivo (como ocurre con todo), pero en este caso quizás sea un poco más personal. Coincidiendo con la muerte de Leslie Nielsen, el pasado 27 de noviembre se supo que el director de “Empire Strikes back”, la segunda película de la trilogía clásica de Star Wars había muerto tras una larga enfermedad.
Kershner era por entonces un hombre de 57 años que había guiado mucho a Lucas en su ópera prima “THX 1138″ y hacía poco tiempo había filmado “Eyes of Laura Mars”. Cuando su intrépido alumno devenido en estrella internacional le propuso dirigir la segunda parte de su creciente franquicia, al principio Irvin tuvo dudas, pero terminó aceptando.
El desafío consistía en no hacer una simple secuela, en no repetir fórmulas, en llevar Star Wars a un lugar que sorprendiera a sus ya alucinados fanáticos y, de paso, volver a taparle la boca a los críticos de cine. El desafío era, por decirlo así, reinventar la rueda para dar paso a algo completamente diferente.
Apoyado en el guión del formidable Lawrence Kasdan y de Leight Brackett, Irvin desplegó todas sus capacidades creativas y, por sobre todo, su gran afinidad con los actores. Si la accidentada relación que Lucas establece con ellos es lo que más acertadamente se le critica, Irvin era exactamente lo contrario, un hombre que se metía en la película, que hablaba y escuchaba a todos y repetía las escenas las veces que hiciera falta. Recomiendo particularmente ver los videos del detrás de cámaras de El Imperio Contraataca, en los que se ve a Irvin continuamente interactuando con los actores, revisando el guión y cambiando sobre la marcha lo que hiciera falta.
Todos los actores siempre destacaron lo ameno que Irvin resultaba en el duro trabajo de un rodaje de esas características y en especial Harrison Ford siempre destacó su comprensión. Recordemos que Ford es un actor que muy frecuentemente se sale de su papel y sugiere cosas a los directores. Su amigo Steven Spielberg es el que más lo ha tenido en cuenta, pero Ford también sostuvo que Irving era muy abierto a escuchar sus sugerencias. Así surgió la escena romántica por antonomasia de la ciencia ficción (quizás unicamente superada por otras secuencias con los mismos personajes) de Han Solo y Leia Organa en el momento en que el capitán corelliano es congelado en carbonita. Su sintético diálogo “I love You” “I know” no sólo fue una burla a las cursilerías cinéfilas, sino un cambio hecho por Ford y Kershner luego de notar que una respuesta como “I love you too” era demasiado endulzado para un flyboy como Han.
Lamentablemente, no fueron muchas las películas que Irvin filmó después como para seguir disfrutando de sus capacidades. Apenas participó de “Nerver say never again” de la saga Bond, “La última tentación de Cristo” como actor, “Robocop II” y el piloto televisivo de “Sea Quest”.
Luego prefirió dedicarse a la fotografía, hasta que hace tres años y medio debió suspender parte de su actividad por habérsele detectado cáncer de garganta.
Más allá de las opiniones que cada uno tenga sobre las películas de Star Wars en general y las diferencias entre ambas trilogías en particular, hay un cierto consenso de que, por una serie de cuestiones técnicas y artísticas, Episodio V es el film más prolijo y mejor realizado de la saga. Podría enumerar otras cien razones, mucho menos técnicas para sostenerlo, pero apoyémonos en los que saben. Sin dudas, Empire Strikes back se destaca por haber sumado una gran dosis de dramatismo al universo de George Lucas, de habernos dejado al borde del asiento con ese final angustiante y fuera de todos los cánones de su género en esa época, de haber inaugurado el “I am your father”, de haber profundizado en todas las características de los personajes, de habernos presentado al Maestro Yoda, de haber creado el planeta más estéticamente hermoso de toda la saga (Bespin), de haber filmado el combate terrestre más genial (la batalla de Hoth), de haber hecho la historia romántica más antiromántica y real de toda la ciencia ficción (Han y Leia). De habernos hecho entender, a la edad que sea, que antes de ver El Imperio Contraataca, no entendíamos nada.
Irvin, como en esos giros sorpresivos de las películas, murió el mismo año en que “El Imperio Contraataca” cumplió exactamente tres décadas.
Hasta siempre, Maestro.
Que la Fuerza los acompañe!
=Malena=