Adiós a las maldiciones

Publicado el 16 septiembre 2013 por Mda

Crónicas de Vestuario. –

“Adiós a las maldiciones”

De mis lecturas infantiles conservo el recuerdo de las crónicas de Ricardo Vázquez-Prada y como siempre comentaba acerca de la maldición de los partidos en casa en plenas fiestas mateínas. No solían darse bien y esa afirmación planeó sobre mi mente en una primera parte donde el equipo azul lo intentaba sin éxito, enfrentado a un equipo pegajoso, de esos que trata de imponer un ritmo cansino y plagado de brusquedades que si se encuentra con un árbitro como el que nos tocó en desgracia puede conseguir sus fines. El gallego de la escuela sueca (por lo de hacerse el sueco en las jugadas complejas y decisivas) Costas Soto permitió a los riojanos hasta agresiones impresentables como la de Garrido a Señé y el partido perdió el ritmo vivo que le convenía al cuadro azul. Eneko, sin duda el jugador más brillante e incisivo del partido, no volvió a ser ese estilete en la banda izquierda y el Real Oviedo se diluyó en el ritmo riojano, pausado como una buena copa de vino y adecuado para alejar todo peligro de gol.
El arranque de la segunda parte no presagiaba nada bueno, con Señé retrasado buscando balones y las bandas diluidas en dudas. Sin embargo, la llegada del empate logró que volviera a brillar el sol. Regresó ese ritmo vivaz, alegre, donde el once azul se encuentra mejor y los rojiblancos comenzaron a sufrir a pesar de seguir insistiendo en sus faltas y sus cortes de ritmo. De una de ellas llegó el chupinazo de Pardo, un golazo para enardecer a la masa, el verdadero chupinazo de las fiestas. Segundo gol del elegante defensa central, con ese bigote a lo Alain Delon en “Crónica Negra”, el mítico film de Jean-Pierre Melville, que puso las cosas en su sitio a los merecimientos de uno y otro.
Varios aspectos a reseñar y sobre los que el actual colíder de la categoría deberá trabajar: uno, la concentración defensiva, donde aún se perciben muchas dudas en ajustes, ayudas y colocación de los centrales; dos, el control sobre el ritmo del partido, en el que muchos equipos van a insistir con el mismo empeño, y quizás más argumentos que los riojanos. La alegría del conjunto azul se puede neutralizar con partidos trabados como el que tuvo hoy frente a la U.D. Logroñés y eso representa un problema añadido a las dudas defensivas.
Pero, a pesar de los pesares, nos encontramos en el marco que todos hemos soñado: líderes, con la convicción de buscar un estilo propio e inusual en esta categoría. Y con los fantasmas de las maldiciones neutralizados, un lastre menos en este camino hacia el sueño del ascenso.
MANOLO D.ABAD
Foto: MARIO ROJAS
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 16 de septiembre de 2013.