El caso es que hace poquito os comentaba cómo veíamos que Cacao Sampaka, la chocolatería de alameda Recalde, cerraba el negocio; detrás, vino la sorpresa con La Cuchara, de Joseba Arana (una pena, la verdad), y el viernes, paseando por Bilbao la vieja, me encontré esto en Belmondo. Un cartel donde se anuncia que se alquila el local, hasta aquí, nada extraño, hasta que te fijas y ves que parece que han huido al ver a Chicote, o algo parecido, por que se han dejado hasta las mesas puestas. Mantelería, cubertería, vajilla...todo preparado como si fuesen a entrar clientes, pero con un aspecto abandonado. Vamos, de lo más deprimente.
Parece que estoy viviendo "Los diez negritos" de Agatha Christie en versión hostelería, uno a uno van cayendo como moscas. ¿La culpa? A mi parecer, un cúmulo de cosas, y la crisis no es una de ellas: falta de comunicación, falta de adaptación a los cambios (épocas de bonanza, épocas menos fructíferas), poca innovación, escasa/nula diferenciación y en ocasiones (no es el caso de La Cuchara ni de Belmondo) una pésima atención, que va provocar que alguno más vaya al hoyo. ¿La solución? Quizás invertir en cosas que nunca se pensó que servirían, somos una ciudad donde la gastronomía se vende sola, donde la inercia lleva a los locales a no necesitar hacer ningún tipo de comunicación, a no adelantarse a los cambios, a pasar de aplicar un poquito de marketing a sus negocios, pero que ahora, toca hacerlo.
Espero no volver a escribir un post como este en mucho tiempo, y que si es así, sea que cierra por jubilación, o por que los dueños se van al Caribe a vivir al ver que el negocio les va tan bien.