La etapa de los dos a tres años, entre otras cosas, la definiría como la etapa de los Adiós. Adiós a los pañales, adiós a la cuna, adiós a las puertas de seguridad, adiós al niñito inocente, y adiós al chupete. Pero, ¿cómo deshacerse de ese trozo de plástico que durante tanto tiempo ha consolado a nuestro peque? No perdáis mucho tiempo buscando en foros y páginas web, pues os lo voy a resumir. Hay tres maneras:
Opción 1: Ya está. Así de simple. Un buen día el peque se levanta y te dice que ya no quiere más chupete o que hace mal gusto. Tú flipas y te crees la madre más afortunada del planeta, y lo eres. Pasar un trago como éste así de fácil la verdad que debe dar gusto. Pero no, no ha sido nuestro caso.
Opción 2: Concienciación + momento mágico. El peque ya tiene más de dos años y entiende las cosas la mar de bien, pero para nada quiere oir hablar de despedirse de su chupete. Entonces, si ya razona bastante, ¿por qué no intentar ir concienciándolo poquito a poco, sin prisas pero sin pausas, para que vea que ya es grandecito y que por el bien de sus dientes hay de dejar el chupete?. ¿Bonito, verdad? y seguro que la mayoría de padres que no son tan afortunados como los padres de la opción 1 os planteais hacerlo de esta manera. Pero no os engañéis, la opción 2 no funciona sin un momento mágico. Ya puedes hablarle y hablarle sobre que ya llega la hora del adiós al chupete, pero por experiencia os diré que no es hasta que llega un momento mágico que se consigue separar al peque de su dichoso plástico para siempre y con poco berrinche. Y os preguntaréis qué es el momento mágico, pues el tió, los reyes magos o cualquier otro personaje mágico que conozcáis y que creáis que puede influenciar en el peque. En nuestro caso nos fijemos como ultimatum los Reyes Magos de estas navidades. Hacía tiempo que le íbamos diciendo que si quería que los reyes le trajeran algun regalito pues tendría que darles todos los chupetes. Sí, suena mal, chantaje puro y duro. Pero no íbamos a hacerlo con los Reyes Magos sinó unos días antes con los pajes, pues no queríamos tener un dramón la noche de reyes. Pero mira por dónde este fin de semana llegó el tió a casa y en broma le dejimos que por qué no le daba el chupete al tió. Y así lo hizo y hasta entonces mano de santo. Aun estamos flipando que haya sido tan fácil.
Opción 3: A lo bestia. De un día para otro le dices que ya no hay más chupete y punto. Por supuesto que considero ésta la última opción y por suerte no he tenido que aplicársela. Pero si el niño ya va camino de tres años y ni le da asco el chupete ni quiere entender que llegó la hora de despedirse de él entonces reconozco que no queda otra o sinó…a pagar ortodoncias.
En cuanto a los padres, por experiencia y por lo que veo en los otros padres, a veces exageramos más el drama del chupete los padres que los hijos y por miedo y “pocas ganas” de tener que librar esta batalla lo vamos postponiendo cuando al final todo resulta que es mucho más fácil de lo que imaginábamos en un principio.
Y para acabar algo muy importante. En el momento del adiós definitivo al chupete quitadle todos los chupetes a los abuelos. Si algo saben hacer los peques es llamar a la puerta adecuada y si cuela, cuela.
¿Cómo dejó vuestro peque su chupete? compartid con nosotr@s vuestra experiencia