El triunfo no ha sido fácil; el gusano de Guinea (Dracunculus medinensis), causante de la enfermedad, es resistente a vacunas y medicamentos. El arma principal para la erradicación de esta dolencia es la prevención y una buena campaña informativa. Voluntarios locales enseñan a los aldeanos a filtrar cualquier agua que pueda estar contaminada mediante telas y pajitas (imagen de arriba). Explican el ciclo vital del animal para que las personas afectadas se abstengan de entrar en aguas estancadas, donde deposita las larvas. El intenso dolor que causa el gusano al salir del cuerpo impide que las víctimas lleven a cabo sus trabajos en el campo. Pero con la información y los medios adecuados a su alcance, África está muy cerca de aniquilar definitivamente esta antigua enfermedad.
Vía: National Geographic.