Hay gente enferma a la que le dan cita con el especialista para 2019 y hay más de 9.000 ciudadanos a los que llevas haciendo esperar por una operación más de seis meses. También has vuelto a fracasar con los dependientes, que confiaban en que sabrías compensarles por la espera para percibir la ayuda que tienen reconocida. Nuestros chicos y chicas se han vuelto a situar a la cola de España en rendimiento escolar y no será porque no se te advirtiera severamente hace tiempo que así no podíamos seguir y que había que actuar para salir del vagón de cola educativo.
Me dirás que – como el famoso entrenador de fútbol – lo veo todo negativo y que hay también cosas que han mejorado contigo. Me hablarás de que hay buena “sintonía” con Madrid para que las cosas mejoren y no se nos trate como a ciudadanos de tercera división. Sin embargo, yo no tendré más remedio que recordarte a Quevedo y decirte que nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir aunque, sinceramente, espero equivocarme.
Si miro a esos mundo de Dios tampoco puedes sentirse satisfecho de la cosecha. Has provocado bárbaras matanzas de gente pacífica en medio mundo y, mientras te preguntabas si eran galgos o podencos, 5.000 personas se han ahogado en el Mediterráneo intentando llegar a una Europa a la que de propina le hiciste un corte de mangas en el Reino Unido. Has sido tan ruin que nos has puesto a un peligroso descerebrado al frente del país más poderoso del mundo mientras te llevabas a gente como Leonard Cohen, Prince, George Michael, David Bowie, Boulez, Harnoncourt, Umberto Eco, Malefakis, la inmortal princesa Leia y, encima, al entrañable Pepe Macías.
Debes reconocer que has sido un mal año por estéril, por violento y por turbio. Habrá que desear que tu heredero 2017 sea más diligente y eficaz en la solución de la pesada herencia que estás a punto de dejarle. En cuanto a nosotros, has frustrado muchas de las esperanzas que pusimos en tu nacimiento. Lo mejor de todo es que sólo te quedan dos telediarios.