¡adiós manolo, hasta el cielo!

Por Joseantoniobenito

Amigos:

Hoy hemos vivido un encuentro entrañable para despedir a nuestro querido Manolo, cruzado de Santa María, 23 años en Perú,  profesor del colegio agustiniano “San Martín” en Pueblo Libre.

1.   La primera foto nos la ha enviado el P. José Ángel y nos recuerda su gran afición montañera en los primeros años como militante de Santa María, cuando era “botones” de banco.

2.   Su última foto, al lado del colegio, momentos antes de salir para la procesión de los 50 años de la canonización de San Martín. Ganó el jubileo, hizo un formidable reportaje de la procesión del santo, y ya está con él en el Cielo

3.   Cantando “Flores a María” en la sala del velorio. Casi todas las promociones colegiales le regalaron coronas florales; varios de los alumnos escribieron textos preciosos como: “Profesor Manuel , posiblemente fuiste el mejor profesor, el más divertido y cariñoso; no olvides que seguiré repasando lo que nos enseñaste; desde aquí te envío un abrazo y espero la estés pasando bien allá arriba por volveremos a ver cuando me toque a mí”.  Un alumno presentó un sentido video en el que sale Manolo dando clase y cantando.

4.   Formidable altar barroco de la iglesia parroquial de La Magdalena, regentada por los PP. Agustinos Recoletos. Presidió el P. Ricardo, ORA, provincial y concelebraron el P. Héctor Casas y el P. Ramón Castejón. Destacó en su homilía la bondad de Manolo, su paz, su alegría, el saber unir ciencia y didáctica,  su amor a la Virgen, su discreción, el saber hacer familia… Al final, José Antonio Benito, en representación de los cruzados, dio las gracias a los padres celebrantes, a los PP. Agustinos, la comunidad educativa, la presencia de los militantes, las cruzadas, miembros de la FENIS (Federación de Institutos Seculares), los vecinos y todos en general. Destacó su ser contemplativo (oración, canción, disponible, sencillo, alegre) que lo llevaba a todos; y la providencial peregrinación para honrar a San Martín, con todos los profesores, alumnos, miembros seculares consagrados. Resaltó que su final es el símbolo del laico consagrado que siempre está en camino, alegre, cantando, hacia el trabajo…y da su vida en plena calle, convirtiendo el suelo en Cielo.

5.   Imágenes de la despedida en el colegio. Habló el Director y varios profesores, elogiando su laboriosidad, generosidad, su alegría. Aquí se fueron despidiendo todos, mientras que se iban desgranando avemarías y cantando canciones. Realmente hemos vivido como si fuese un Retiro Espiritual, llenos de paz, de comunión, de alegría.

6.   Por decisión de la familia se han cremado sus restos y las cenizas reposan en la capilla de los Cruzados de Santa María en espera de ser portadas a Madrid para ser depositadas en la tumba del Instituto que inaugurase el P. Eduardo Laforet, sacerdote cruzado que ofrendó su vida por el Papa.

(En la foto, la cajita de la derecha del cirio pascual).

Querido Manolo:

Te nos has adelantado con tan sólo 62 años, en la madurez plena cuando nos estabas dando tanto. Se ve que el Papa Bueno, Juan XXIII, y San Martín de Porres, de la Caridad, te han querido llevar para que goces ya en el Cielo lo que nos has compartido aquí en la tierra. Gracias por tu entrega a los jóvenes, por disfrutar de la vida saboreando siempre la comida y los momentos de convivencia, por tus canciones, tus chistes, tus charlas y meditaciones.

Buen alumno salesiano, llevabas el rosario de María Auxiliadora en tu bolsillo. Pendiente de tus queridos jóvenes multiplicabas tus “razones” para creer, para esperar, para amar.

Tu cariño por Abelardo no tenía medida; él te “sacó “ a la vida nueva desde sus clases de botones. Y del Padre Morales, cómo recuerdo su sonrisa al verte hacer de Juan Pablo II, porque ¡vaya que te parecías!

Le cantantes a tu ángel de la guarda, de nombre “Sencillo”, y te has convertido para nosotros en otro ángel. Cuídanos, querido Manolo, ante Jesús, ante la Madre, ante los santos. Y vete haciendo un rinconcito, que también queremos llegar. Como diría tu admirado don Bosco: “Jóvenes, les quiero con toda mi alma y a todos los espero en el Cielo”.

No te entretengo más. Sólo un aviso. Recuerda que te pedí una nueva canción para Abelardo. Me dijiste que necesitabas paz, sosiego. Ahora ya lo tienes. Descansa en paz, querido Manolo, te queremos de verdad, ¡esperános, que allá vamos contigo, no hemos nacido para el suelo que es morada de dolor, hemos nacido para el cielo, hemos nacido para Dios!

Un abrazo fuerte

José Antonio