Adiós Nelly, nos vemos más tarde

Publicado el 14 enero 2016 por Santiago Cárdenas Malasquez @sjcm94

Hola Nelly:

Hay algunas cosas que debería contarte, pero no sé cómo empezar. Podría comenzar haciéndote saber que hoy te veías muy bonita, con una ligera sonrisa, siempre de buen humor. Nos tomaste por sorpresa, eso sí, pero sabíamos que era lo mejor para ti, además, ya nos tenías a nosotros, tus hijos, lo suficientemente encaminados como para que ya puedas ir a descansar en paz.

Hoy hizo mucho calor, aunque no sé si deba hablarte del clima, quizá es muy banal, o un tópico ya muy básico para seguir una conversación.

Mi abuelo, tu papá, estaba muy triste, al igual que la abuela, pero han sido muy fuertes. Raquel también estaba muy decaída. Rafa tuvo que tomar el primer vuelo que encontró para poder venir a verte.

Ayer, yo estaba en casa cuando me avisaron, empezando un día como otro. Tuve que salir muy rápido, suerte que María Elena me llevó hasta tu casa, lo más rápido que pudo. Ahí estaban ya mis abuelos y tíos (tus padres y hermanos), arreglando y preparando todo. Eso de lo legal es un poco molesto ¿no?.

Tú lucías dormida, como los días que iba a visitarte temprano en la mañana. Sentí que abrirías los ojos y me mirarías, para luego mandarme un beso, como solías hacer siempre. Así ya nadie necesita palabras ¿verdad mamá?. Luego entró la Sra. Marta, tu enfermera y amiga, quien había llegado como a un día más contigo. Te abrazó y sollozó a tu lado. No eras su paciente, eras su buena amiga Nelly, la de la incansable sonrisa y los ojos tristes. Me abrazó también, y luego a Raquel, quien volvía de casa de mi tía Marité. Debes imaginarte lo mal que estaba la pobre, no podía creerlo.

Al rato llegó tu amigo José Tejada, quién fue para nosotros una gran ayuda en ese momento. Mientras tanto, tío Coco iba organizando todo junto a Cuti, tu hermano. Los abuelos iban de un lado a otro también.

Tío Coco y tío Cuti fueron un gran apoyo para nosotros, no tuvimos que preocuparnos de nada, tan sólo de poder estar a tu lado.

Unos señores vinieron después, a llevarte. Yo y Raquel salimos a comer algo a casa de tío Lucho y tía Úrsula, luego fuimos a recoger a Rafael y a la abuela Nona al aeropuerto. Fuimos después a la capilla, estaban tus amigas del colegio, amigos del teatro y la universidad, junto a la familia.

Nos acompañaron muchas personas que te quieren, nos dieron bastantes fuerzas.

Hoy volvimos a la capilla, para despedirte. Luego partimos haciendo una caravana para darte el último adiós terrenal.

Estaban los Cárdenas Macher, los Malásquez, los Porth. Estaban tus amigos. Estaban tus papás, tus hermanos y nosotros, tus hijos. ¿Bastante gente no? tus enfermeras también, estaban ahí. La Sra. Marta nunca se despegó de ti, hasta el último, los dos días estuvo siempre con nosotros. Sí que supiste hacer amigos mamá.

Dentro de lo que ha sida esta dura vida nuestra, has sido una gran madre y una excelente amiga. Nos has cuidado tanto como pudiste. Nos has enseñado lo mejor que sabías y nos has dado más de lo que jamás imaginamos.

Nos diste el ejemplo de cómo enfrentar las cosas malas de la mejor manera. Nos diste todo tu cariño. Nos contaste historias, nos diste la música de Charly, de Fito, de Blades. Hiciste que nos preguntásemos mucho sobre nuestros futuros, nos hiciste imaginar el pasado. Nos dejaste arte, letras, melodías.

Eres nuestra madre y jamás dejarás de serlo, aunque quizá falten muchos años para poder volver a verte. Quizá nos digas en ese momento que ahora nosotros también estamos viejos, o que Rafael tiene el pelo muy largo, o que yo debería afeitarme. Lo más probable es que nos digas que estamos todos churros ¿no?, las madres siempre ven a sus hijos como seres muy bellos.

No lo sé. Dicen que la vida es corta, pero yo siento que la espera que nos toca para volverte a ver es muy larga. Pero valdrá la pena.

Sé que tendrás una graciosa anécdota para contarnos cuando volvamos a tu lado, sé que dirás que el tiempo se pasó volando. Pero el tiempo que dure esta espera, haremos lo mejor de nosotros, para que te sientas orgullosa y feliz, porque se que ahora te has ido confiada, en nosotros, y no te vamos a defraudar.

Bueno Nelly, Nellita, ya debes descansar, mejor no te molesto más por ahora.

Adiós Mamá, nos vemos más tarde.

Editor y creador de Pentagramario. Melómano por convicción. Amante del sci-fi y el prog. Miembro de The Temple of Hiram. Ex estudiante de redacción. Autodidacta, aprendí lo que sé de tres maneras: leyendo, leyendo y leyendo.

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