Adivina quién viene a cenar esta noche

in CineMAD / by Cesar Del Campo De Acuña / on July 5, 2013 at 1:56 pm /

CineMAD…por César del Campo de Acuña.

Dirección: Steven Spielberg.
País: Estados Unidos.
Año: 1975.
Duración: 124 min.
Género: Terror, thrillers, aventuras.
Reparto: Roy Scheider, Robert Shaw, Richard Dreyfuss,Lorraine Gary, MurrayHamilton, Carl Gottlieb y Jeffrey C. Kramer.
Guión: Peter Benchley y Carl Gottlieb. Libreto basado en la novela de Peter Benchley.
Música: John Williams.
Fotografía: Bill Butler.
Montaje: Verna Fields.
Diseño de producción: Joseph Alves Jr.
Vestuario: Louise Clark, Irwin Rose y Robert Ellsworth.
Estreno en Estados Unidos: 20 de junio de 1975.
Estreno en España: 19 de diciembre de 1975.

Adivina quién viene a cenar esta noche – Tiburón

Como ya he comentado en anteriores ediciones de CineMAD, Steven Spielberg es uno de esos directores a los que su propio éxito les niega el beneplácito de la crítica especializada, la cual argumenta que su icónico estatus se debe única y exclusivamente a la popularidad de sus obras y no a los destellos de lucidez artística que el cineasta oriundo de Cincinnati, Ohio muestra en sus proyectos. Estas simplificadas y estereotipadas opiniones, fundamentadas en prejuicios, suelen dar por sabidas muchas cosas cada vez que un aficionado al séptimo arte saca a relucir su afición por los trabajos del director de E.T. (Steven Spielberg -1982). Esta particularidad niega al realizador un reconocimiento mayor, ya que sus detractores sostienen que con sus obras a vulgarizado y dañado la esencia de lo que supuestamente debe transmitir el cine al espectador.

Probablemente aquel ilusionista que fue Georges Méliès no estaría muy de acuerdo con todos aquellos que empuñan con saña estos argumentos, es más me atrevo a decir que si el cineasta francés hubiera podido ver algunos de los trabajos de Spielberg, habría abrazado sin tapujos la concepción cinematográfica del al que podemos considerar padre y autor del cine comercial. Pero claro, pensar en el director de El Diablo Sobre Ruedas (Steven Spielberg -1971) como un mero realizador y productor de “blockbusters” seria erróneo porque si bien es cierto que es aceptado universalmente como el creador de estos, en su filmografía se esconden película que más allá del impecable acabo que exhiben todas sus producciones, ocultan a un director extremadamente competente al que en un principio de su carrera le movían intereses mas cercanos al arte y ensayo que al fantástico.

Precisamente y aunque es aceptada como una de las películas más populares de todos los tiempos, Tiburón (Steven Spielberg -1975) es una de las obras que alimenta con más fuerza la maquinaria de aquellos que quieren cargar a toda costa contra todo lo que “el rey midas de hollywood” toque ya que a fin de cuentas la cinta sobre el escualo asesino se trata del primer blockbuster veraniego de la historia.

Producida por los Estudios Universal, Tiburón, adapta a la gran pantalla Jaws novela de Peter Benchley publicada en 1974. David Brown y Dick Zanuck, impresionados por la historia decidieron que era necesario llevar aquel relato a la gran pantalla costara lo que costara. Curiosamente, cuando los dos productores se pusieron manos a la obra su primera opción como director nunca fue Steven Spielberg, a pesar de que habían producido Loca Evasión (Steven Spielberg -1974) la primera y deficiente obra del cineasta. Aunque Spielberg mostró gran interés en dirigir Tiburón, Brown y Zanuck no se decantaron por el hasta que el primer realizador en el que pensaron mostró poca o ninguna disposición en el proyecto. Tras seis meses de preparativos en los que incesantes cambios de guión y la amenaza de una huelga del sindicato de actores comenzaron a minar las pretensiones de adaptar la novela de Benchley el director de Ohio, recordó que el no quería hacer películas por encargo, el quería hacer un cine más personal. Zanuck hablo con Spielberg y le dijo que era tonto si rechazaba una oportunidad como aquella y que en Universal no producían películas de arte y ensayo sino films como Tiburón y que si no quería hacerlas se tendría que buscar trabajo en otro lado. Finalmente Spielberg acepto a continuar con el proyecto (una de las personas que le animo más a que siguiera adelante fue el actor Robert Duvall) porque lo vio como su billete hacia la libertad creativa.

El rodaje se convirtió en una pesadilla. Todos los problemas por los que atravesó el proceso de producción y rodaje indicaban que el film estaba gafado pero finalmente aquella cinta que parecía destinada a hundirse emergió de las profundidades como una película perfecta en la que una hábil y eficaz mezcolanza de géneros atrajo en masas a los espectadores a las salas. Terror, aventura y el mejor cine de suspense se entremezclaban en una obra visualmente impecable gracias a los desvelos de Spielberg por no rodar más escenas de las necesarias en un estanque artificial y por las impactantes imágenes que los especialistas en tiburones blancos Ron y Valerie Taylor consiguieron en Australia. El metraje captado por los Taylor, cargado de la majestuosidad que tan solo la naturaleza puede otorgar, legitimaron la cinta y convirtieron al tiburón protagonista en una despiadada criatura devoradota de hombres viva alejada del animatronic que realmente era.

Con la estrella de la película definida se realizo un casting de buenos actores pero en el que no había ningún gran nombre. No solo se abarato el coste de la película con este arriesgado movimiento sino que se gano en realismo ante la cámara. La química entre Roy Scheider, Robert Shaw y Richard Dreyfuss es palpable a lo largo de toda la película pero especialmente en la escena en la que Quint (Robert Shaw) cuenta al jefe de policía Brody y Hooper el hundimiento del USS Indianápolis. Con tan solo esta secuencia Spielberg justifica el osado casting realizado. Personalmente toda la secuencia se ha convertido con el paso de los años en una de mis preferidas y creo que junto a la que el jefe de policía Brody es imitado por su hijo son las más destacables de toda la cinta.

Curiosamente encuentro esenciales a dos personas a las que no se suele tener muy en cuenta a la hora de hablar de Tiburón. Una de ellas es la actriz Lorraine Gary la cual aporto una serena preocupación a su puesta en escena bordando un papel pequeño que fue capaz de hacer gigante. Creo que hace falta decir que Gary fue la primera persona en la que se pensó para dar vida a Ellen Brody. La otra persona que resulto esencial para el éxito de la película no paso ante las cámaras sino que se encargo de montarla. El veterano Verna Fields compuso de manera sensacional lo que Spielberg tenia en mente y en algunos círculos se sostiene que sin la impagable contribución de Fields la película abría sido un fiasco.

Tiburón, como dije con anterioridad es una obra redonda en la que todos sus elementos congenian a la perfección. Desde la importantísima aportación musical de John Williams pasando por las estupendas localizaciones, la cinta resulta impecable a nivel visual, narrativo y técnico. La obstinación de Spielberg por crear tensión y suspense sin la necesidad de efectismos dramáticos en el guión, consigue hacer discurrir al espectador por el camino que el director quiere que estos marchen. Esta cualidad presupuesta a los realizadores, pero que muy pocos consiguen tener, ensalzan la labor del realizador de Ohio como un contador de historias nato que se preocupa y mima hasta el ultimo detalle con tal de ofrecer una experiencia sobrecogedora y fascinante.

Personalmente, Tiburón, se encuentra en un puesto destacado entre mis 30 películas preferidas y es una de esas obras que han pasado a engrosar mi lista de “placeres culpables” cinematográficos. Cada año le doy la bienvenida al verano viendo una vez más esta sorprendente e imperecedera obra y a pesar de saber prácticamente de memoria los diálogos sigo disfrutando tanto o más como la primera vez que tuve la oportunidad de verla en televisión. Spielberg hace un fastuoso trabajo a la hora de envolver a la cinta en un inquietante suspense (el tiburón no aparece hasta el minuto 62 de metraje) y consigue captar de manera brillante esa calma histérica que suele embargarnos cuando nos enfrentamos a una amenaza comprensible pero distante y que en su entorno no nos permite huir.

Mis veranos, desde hace más tiempo del que me gusta reconocer, los construyo entorno al visionado de Tiburón y la lectura de La Isla del Tesoro (Robert Louis Stevenson – 1883) porque ¿Qué es un verano sin aventuras? y créanme cuando les digo que la sobresaliente película dirigida por ese mago que es Steven Spielberg en 1975 esta cargada de ellas y mucho más.

Curiosidades:

El perro del jefe de policía Brody (Roy Scheider) se trataba de “Elmer” el perro de Steven Spielberg.
El tiburón mecánico se paso la mayor parte de la producción averiado y no pudo ser utilizado en muchas tomas. Debido a los problemas técnicos Spielberg se vio forzado a rodar muchos planos y escenas desde la perspectiva/punto de vista del gran escualo. Muchos críticos y personas vinculadas a la industria cinematográfica piensan que aquellos planos añadieron calidad y una atmósfera más escalofriante/inquietante al producto final.
“Jaws” dio tantos problemas durante el rodaje que Spielberg lo llamaba en ocasiones “the great white turd” (el gran mojón blanco) cuando se sentía realmente frustrado con el problemático animatronic.
El tiburón fue bautizado por todos los implicados en la producción como “Bruce”. Fue nombrado así “en honor” del abogado de Spielberg, Bruce Ramer. Curiosamente el gran tiburón blanco que apareció en la quinta película producida por Pixar, Buscando a Nemo (Andrew Stanton y Lee Unkrich – 2003) fue llamado Bruce como homenaje al escualo que protagonizo la película de Spielberg en 1975.
Se crearon tres tiburones para la película y cada uno costo 250.000 dólares.
A medida que el rodaje se disparo de los 55 días a 159 y los costes de producción fueron creciendo de la misma manera la película comenzó a ser conocida como “Flaws” (perdidas/fallo).
De acuerdo con Steven Spielberg, el brazo creado por el equipo de efectos especiales parecía tan falso en la escena en que se descubren los restos de Chrissie (Susan Backlinie) que prefirieron enterrar a una chica del equipo de producción con solo su brazo expuesto.
La primera elección de Spielberg para los papeles de Quint, El Jefe Brody y Hooper fueron Lee Marvin, Charlton Heston, Jeff Bridges, Timothy Bottoms, Jon Voight y Jan-Michael Vincent respectivamente. Finalmente no se opto por ningún “gran nombre” para no aumentar los costes de producción y para que el protagonismo recayera en el Tiburón.
Richard Dreyfuss, el cual fue recomendado por George Lucas por su trabajo en American Graffiti (Georger Lucas – 1973) en un principio rechazo el papel de Hooper e incluso llego a decir que Tiburón seria una película que le encantaría ver pero en la que no le gustaría actuar. Tras verse a si mismo en El aprendizaje de Duddy Kravitz (Ted Kotcheff – 1974) pidió a Spielberg participar en Tiburon.
Cuando fue estrenada en el verano de 1975, 67 millones de norteamericanos acudieron a las salas de cine a ver la película convirtiéndola en el primer “Blockbuster” veraniego de todos los tiempo.
Robert Shaw no podía soportar a Richard Dreyfuss y la mayor parte del tiempo se lo pasaban discutiendo el uno con el otro. El choque constante entre los dos actores se tradujo en una buena tensión entre los personajes que interpretaban (Quint y Hooper).
Cuando John Williams interpreto por primera vez la banda sonora para Spielberg el cineastas se rió y dijo: “Eso ha sido muy gracioso John, ¿pero que tienes pensado realmente para la banda sonora de Tiburón?” Más adelante Spielberg indico que sin la banda sonora orquestada por Williams, Tiburón solo abría sido una película la mitad de exitosa de lo que lo fue.
En la Hungríasocialista la película no fue estrenada hasta 1985. Tiburón se convirtió en la segunda película más taquillera de aquel año tras la mítica película de Bud Spencer, Bombardero (Michele Lupo – 1982).
Aunque era respetado como actor, los deslices con el alcohol de Robert Shaw fueron una fuente inagotable de tensión durante el rodaje. Años después Roy Scheider dijo de su compañero de reparto y escena: “Robert Shaw era un perfecto caballero cuando estaba sobrio. Solo necesitaba un trago para convertirse en un hijo de puta competitivo.”
Spielberg ofreció el papel del Sheriff Brody a Roy Scheinder gracias a su trabajo en The French Connection (William Friedkin – 1971).
En un principio Universal pensó en contratar a Michael Winner para que dirigiera la película. Los estudios pensaron en el cineasta británico debido al éxito que había cosechado en 1974 con la cinta protagonizada por Charles Bronson, El Justiciero de la Ciudad (Death Wish)

Premios:

1976 – 38. ª Edición de los Premios de la Academia: tres Premios Oscar aLa Mejor Banda Sonora, Mejor Montaje y Mejor Sonido. Una nominación ala Mejor Película.
1976 – 33. ª Edición de los Globos de Oro: 1 Globo de Oro a la Mejor Banda Sonora y tres nominaciones a los Globos de Oro al Mejor Director, Mejor Guión Original y Mejor Película.
1976 – Premios BAFTA: Premio Anthony Asquith a John Williams por la Banda Sonora de Tiburón y El Coloso en Llamas (John Guillermin – 1974). Seis nominaciones al Mejor Director, Mejor Película, Mejor Actor, Mejor Montaje, Mejor Guión Original y Mejor Banda Sonora.