Abbie Hawkins, una recepcionista de hotel, pensaba que su teléfono móvil estaba sonando cuando sintió las vibraciones procedentes de la ropa. Más tarde descubrió el motivo de los movimientos en su pecho. La pequeña criatura, del tamaño de su mano, estaba escondida en el acolchado de su ropa interior.
Ella dijo: "Se veía muy cómodo allí y pensé que no debía hacer nada para molestarlo."
Wloghero del Antifaz
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