El dato sorprende, a mi hasta me apabulla. Realmente los años que me separan de esta generación son muy pocos, pero a esa edad lo único indispensable que recuerdo eran mis “Action Man” y esa revolucionaria Game Boy Color. Ahora ya con 15 años te miran mal si dices que eres virgen, o el no serlo no se mira con extrañeza. El referente último no es la diversión, el soñar, perderse en la inocente niñez como hasta ahora era menester.
En estos años nacen críos aburridos, desengañados y lo único que consigue en cierta manera satisfacerlos es el desempeñar funciones guardadas hasta el momento a los adultos. Parece como si esta primera etapa les fuese molesta, les aburriera.
Las chicas se ponen grandes escotes, faldas cortas, los chicos peinados sumamente elaborados y ya empiezan a ser metro-sexuales (sino tienen vello apenas ¡Dios santo!). Así algunos consiguen entrar a discotecas y ir por ahí alardeando delante de sus sedentarios amigos.
Los juguetes cambian, esto es así porque los que deberían usarlos también lo han hecho. Pequeños ordenadores de funciones reducidas o vehículos de poca potencia, con mini motores copan sus ventas. Ahora, las barbies y los Action Man cada vez van peor, casi ni se venden ya.
De todas formas, y una vez dicho esto, no creo que sean los nuevos adolescentes los que cambian, sino la época en la que han nacido. La cuestión es que este es el cambio más rápido que se ha producido en muchos años. Que exista diferencia entre mi abuelo y yo es normal, pero entre mi hermano pequeño y yo no lo es tanto la verdad.
Es bueno que en vez de bicicletas se creen sistemas de transporte motorizados. La aldea global nos atrapa, necesitamos estar comunicados en todo momento, pero ¿que tienes que decir, y a quién, por el móvil con diez años?
Esta entrada se publicó durante mi breve estancia como colaborador en cinconoticias.com , site este al que le deseo la mayor de las suertes. Aquí la entrada en su contexto original.
Un Saludo.