Revista En Femenino

Adoro a mis hijos, pero reconozco que tiro a la basura la mayoría de sus manualidades

Por Herminia Herminia Herrándiz @mamabambablog

Hay unas cuantas cosas que mis hijos generan en grandes cantidades: ropa sucia, manchas de pasta de dientes por todo el baño y manualidades varias. Es una de esas cosas en las que no piensas hasta que te conviertes en padre; pero las manualidades y los papeles formarán una parte importante de tu vida; más ahora que se acerca el final del trimestre y los álbumes están a punto de llegar a casa.

Adoro a mis hijos, pero reconozco que tiro a la basura la mayoría de sus manualidades

No me malinterpretéis, me encantaría poder guardar todas las manualidades y dibujitos varios que traen del colegio; pero vivimos en piso, no en un almacén de Amazon. Así que, sintiéndolo mucho, la mayoría de cosas de este estilo acaban en la basura.

Con el mayor busqué en Pinterest alternativas para guardarlo todo, hasta empecé a hacer fotos con el móvil para guardarlo de forma "digital", pero, como ya he dicho más de una vez: No me da la vida.

Obviamente, no lo tiro absolutamente todo. Guardo aquellos dibujos o manualidades que son más significativos. Por ejemplo, los regalos que hacen para el día de la madre/padre, el dibujo que me hizo el mayor el año pasado para mi cumpleaños, el primer dibujo de la familia que hizo el mediano... Admiro profundamente a aquellos padres que son capaces de llevar un registro completo de todas y cada una de las manualidades de sus hijos; pero yo, señoras, no puedo; que no me da la vida (por si no había quedado ya claro).

Me encantan sus creaciones. Pero siempre intento seguir el mismo proceso: lo admiro, les felicito por ello y luego me deshago de ella. Por ejemplo, "Me encanta esta rosa de plastelina que has hecho. ¡Te felicito!" mientras la voy colocando de forma estratégica cerca de la papelera. El mediano es especialista en rebuscar en la papelera y alguna vez ha encontrado algo que había tirado (pobrete); así que lo que hago si eso pasa es pedirle perdón por haberlo tirado y le digo que me ayude a buscar un buen sitio para colocarlo y que no vuelva a pasar. Luego, cuando pasa ya un tiempo y se ha olvidado completamente de lo que me regaló hace meses... ¡Papelera!

Repito, no soy una madre sin corazón, simplemente una madre que intenta no morir devorada por montones de dibujos, palitos de colores y purpurina (¡maldita purpurina!).

¿Y vosotras? ¿Qué hacéis con las manualidades de vuestros hijos?


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