Lo veo enfrentarse a sus alergias, al proceso de desensibilización, a la esofagitis... y me siento tan orgullosa de él. Orgullosa de su valentía, de su fuerza. Orgullosa de cómo lleva todo esto a cuestas como si no pesara, aunque sé que en su interior es una carga muy grande. A veces, me pregunto cómo lo hace. Cómo puede mantener esa calma, esa tranquilidad. Pero como madre, puedo sentir cuando algo le pesa. Y aunque él quiera parecer fuerte, sé que no es fácil.
Sé que hay cosas mucho peores en la vida. En cada visita a la UCI, lo comprobamos. Pero tampoco puedo evitar sentir que esto no es justo para él. No es justo que tenga que pasar por todo esto a su edad. Y sin embargo, ahí está, dándonos lecciones a todos de cómo ser valiente, de cómo luchar, de cómo nunca rendirse.
Adrián es un guerrero. Su fuerza me deja sin palabras, pero sé que detrás de esa sonrisa que siempre tiene para mi, hay mucho más. Y aunque él quiera parecer que lo soporta todo, sé que esto no es fácil para él, ni lo ha sido.
A todas las familias que están pasando por lo mismo con sus hijos: os entiendo. Sé lo que sentís. Y aunque no tengamos todas las respuestas, una cosa está clara: nuestros hijos son los verdaderos héroes. No están solos, y nosotros tampoco. 💖