"Mavis Gary es una escritora de literatura adolescente que regresa a su pequeño pueblo natal para revivir sus días de gloria e intentar reclamar a su novio de secundaria que está felizmente casado. Cuando su regreso resulta más difícil de lo que pensó, Mavis forma un vínculo inusual con un ex compañero que tampoco ha superado la época de secundaria."
Así es como entramos al mundo del personaje creado por Diablo Cody, que ya viene hace rato planteando las relaciones entre gente joven y gente crecida, aunque en este caso en particular, los papeles recaen sobre un mismo personaje, interpretado con perfección y detallismo por Charlize Theron, esta diosa sudafricana que le da un nuevo significado al término perra. La historia de Cody es irreverentemente graciosa, y uno no puede más que reírse con las salidas de Mavis, quien siempre va contra la corriente, enredándose en situaciones dignas de sentir verguenza ajena. Lo que se perfila como un viaje de redención para el personaje no es sino uno de autodestrucción y descubrimiento, en el que no todo brilla para los personajes y todas las miserias salen a la luz, todos los trapitos al sol.
Como contrapeso se encuentra Patton Oswalt, un excelente actor que seguro han visto en varios secundarios y que acá es Matt el nerdo que detestaba la secundaria e incluso fue objeto de un crimen de odio, como bien lo remarca sonriendo Mavis cuando ve la muleta que usa, y no recuerda que Matt tenía su casillero junto al de ella, durante toda la prepa. Juntos tienen las mejores escenas, las más relevantes y las más ácidas: son personas totalmente opuestas pero a la vez, se necesitan. Una relación simbiótica muy linda.
El reparto restante tiene buenas adiciones como el siempre solvente Patrick Wilson como el quid de la cuestión de Mavis, Buddy, y Elizabeth Reaser es la sencilla y plana esposa de Buddy, quien no tiene ni idea de a qué vino la famosa escritora. pero sin duda alguna, el personaje secundario más importante y que tiene una escena brutal que define a la película y a la historia es la joven Collete Wolfe, quien en una charla casi al final de la película dejará a más de uno sorprendido por el contenido de su charla con Mavis; totalmente sorprendido me quedé con la joven Wolfe.
La música juega un papel aditivo interesante en la película, ya que cuando no están sonando temas muy noventosos, la banda sonora por parte de Rolfe Kent crea un ambiente aciago y un tanto banalista a la vez, que encaja perfectamente con los estados de ánimo de Mavis.
Calificación: A-