Desde las gélidas costas noruegas nos llega este hilarante thriller sobre la reinserción, la búsqueda del amor y, por encima de todo…¿la redención? Si esto fuese Hollywood y no Noruega, quizás el futuro sería esperanzador, pero como buen thriller nórdico, la palabra reinserción parece extinguida en "A Somewhat Genlte Man".
¿De qué va?
Ulrik ha acabado su condena de 12 años para descubrir que lo que le espera fuera no es mucho mejor de lo que tenía en la cárcel. Su mujer no le deja ver a su hijo, su antiguo capo además de dinero le reclama venganza y su casera lo “acosa” sexualmente. Podría parecer la sinopsis de un dramón de domingo, pero el buen hacer noruego lo transforma en una afilada muestra de humor negro muy disfrutable.
¿Quién está detrás?
Hans Peter Molland es mayormente conocido por sus premiados anuncios, aunque sus incursiones en el cine tampoco se han quedado sin galardones. Su corto United We Stand fue premiado en varios festivales, y es repetidor en la Berlinale con dos de sus largos. Es un gran amigo de StellanSkarsgård y esta complicidad la podemos palpar en la película, donde el actor noruego da lo mejor de si.
¿Quién sale?
Probablemente conozcáis a Stellan Skarsgårdpor sus papeles secundarios en alguna que otra superproducción de Hollywood, pero en “A Somewhat Gentle Man” demuestra que tiene mucho más que ofrecer, cogiendo el timón de la película y manejándolo con firmeza durante todo su recorrido. El resto del reparto cumple con creces, destacando las escenas entre Ulrik y su casera. Impagables.
¿Qué es?
Personajes coenianos utilizando el humor de Kaurismäki.
¿Qué ofrece?
Además de un portentoso Stellan Skarsgård en su mejor versión posible, un negrísimo guión rebosante de corrosivos diálogos y de un humor deadpan exquisitamente ácido, que empapa un bizarro séquito de personajes hilarantemente dibujados, donde todos tienen algo que decir: desde un mecánico de retórica incansable hasta un grupo particularmente dispar de traficantes de armas. En definitiva, “A Somewhat Gentle Man”, pero haciendo un poco el burro, para que nos entendamos. Es el caso del expresidiario Ulrik y su peculiares andanzas por ese nuevo ‘paraíso’ que supuestamente supone para él la libertad, tras 12 años de condena. No busca la venganza que tan solo desea encontrar su estrafalario capo, tampoco persigue el amor de una mujer, aunque ellas si le sigan a él, lo único que realmente anhela, es el perdón de su hijo y la oportunidad de poder empezar de nuevo. Y es que, la primavera siempre acaba llegando, hasta en el invierno más frio, o en la comedia criminal más gélidamente negra (y evidentemente, nórdica).
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