09 de Abril del 2013 | etiquetas: Atlántida Film Fest, Festivales 2013, Crítica
TwittearHay algo del mejor cine rumano, el de "4 meses, 3 semanas, 2 días" pero también el del Sr. Lazarescu, en la ganadora del Premio Kutxa Nuevos Directores en el Festival de San Sebastián 2012. Fernando Guzzoni demuestra con su radical ópera prima que en Chile no solo se conoce a Lisandro Alonso, o se guiña el ojo a Pablo Larrain, también ven el gran cine que se rueda en Rumanía y se acuerdan del primigenio Gaspar Noé. Aquí huele a "Carne de Perro".
¿De qué va?
Alejandro, un hombre que supera los 50 y arrastra un oscuro pasado del que es imposible desprenderse. "Carne de perro" cuenta la historia de uno de los torturadores de la dictadura de Pinochet en su intento por redefinir y darle sentido a su existencia. Un solitario, frágil e impredecible hombre, atormentado por la hostilidad de su misterioso pasado. Es la historia de un hombre que busca una nueva identidad, pero que se pierde entre sus propios fantasmas y obsesiones: un hombre que comienza peligrosamente a desentrañar con una percepción de la realidad peligrosamente distorsionada.
¿Quién está detrás?
Irrumpió con gran éxito en la televisón chilena, debutó en el largo envuelto en una calurosa acogida crítica con un documental (La Colorina) estrenado en el Festival de Montreal y seleccionado, entre otros, por BAFICI, antes de triunfar en el último Festival de San Sebastián y La Habana con su primera ficción. Un recorrido cuya pista merece ser seguida.
¿Quién sale?
Cuenta con las actuaciones de Alejandro Goic, Amparo Noguera, Maria Gracia Omegna y Alfredo Castro,
¿Qué es?
Cine Rumano + Pablo Larrain (a la sombra de Gaspar Noé y Lisandro Alonso)
¿Qué ofrece?
Los devastadores efectos de la dictadura desde el lado oscuro, desde la más cruel de las intimidades, la de hombre en busca de una nueva identidad que se extravía entre sus fantasmas y fijaciones, un hombre que ha comenzado a desintegrarse peligrosamente y ha subvertido su mirada de la realidad. Un ex torturador que quiere volver a empezar ahora que tiene el final tan cerca. Un retrato sin concesiones de un personaje brutalmente sacudido por los golpes, más bien inflingidos a la vida, que los recibidos por ella. "Carne de Perro" huele a la oscura y radical aspereza del "Solo contra todos" de Gaspar Noé, la crudeza y frialdad del cine de Pablo Larrain, o la honestidad, sabiduría, y el minucioso rigor formal del magistral cine rumano. Un cocktail de referencias sobrecogedoramente incómodo, más retador que tentador, para una película dura, seca, arrojadamente compleja, ante la que queda prohibida la indiferencia.