El Afgano, es un perro de grandes dimensiones y muy sensible, por lo cual no resiste pasar a un segundo plano o pensar que ha sido postergado. Aunque no está continuamente demostrando afecto a su amo, nunca se desprende de la amistad que tiene con el hombre. Es valiente, muy inteligente, y digno.
El carácter del Afgano varía se modifica bastante en la mayoría de los ejemplares, sin embargo siempre hay un conjunto de rasgos que permiten compararlos y establecer un carácter general para la raza. Es un perro muy resistente y sobrio, aunque también es sensible y, por ello, capaz de lanzar una mirada de reproche hacia su amo en caso de que éste lo merezca, pero nunca se queja abiertamente.
Debido a su manera de ser no soporta ser abandonado por su dueño y sería incluso capaz de fingir no reconocerlo a su vuelta a casa. Pero lo que verdaderamente caracteriza al Afgano es sin duda su altivez, su majestuosidad y su gran elegancia.
A diferencia de otras razas, el Afgano es capaz de comandar él mismo su propia vida y no consentirá que alguien intente dominarlo sin razón alguna, por decirlo de alguna manera es un poco “indomable”, aunque no imposible de adiestrar.
Por eso este perro no es indicado para niños o personas exigentes, ya que cuando se encuentra acorralado suele atacar furiosamente.
Así pues, en rasgos generales, el Afgano es un perro perfectamente indicado para que conviva con personas liberales, que vivan y dejen vivir, solamente así se dejará peinar, tocar y tratar durante horas con infinita paciencia e indiferencia.
Origen del perro Afgano
El Afgano es una raza muy antigua, representada ya en pinturas de alrededor del año 2000 a.C., así como en otros objetos. Durante muchos siglos fue el perro de caza de la realeza y la nobleza del país, especializado en la caza de gacelas e incluso del leopardo de las nieves.
Los soldados ingleses en Afganistán y la India lo utilizaron como perro de guardia y mensajero entre las guarniciones. Fueron los mismos británicos los que a finales del siglo XIX lo introdujeron en Europa, desde donde pasó posteriormente, a los Estados Unidos (en 1920).
Los orígenes del Afgano son tan antiguos que incluso forman parte de la leyenda (que lo relaciona con el Arca de Noé), y así lo demuestran los bajorrelieves del siglo VI a.C. en los que aparece.
En aquel tiempo su nombre era Tasi o Tazi, según inscripciones halladas en las cavernas situadas al noreste de Afganistán. También encontramos esta denominación en diferentes papiros egipcios correspondientes a la época del Imperio Antiguo.
Aspecto del Afgano
El Afgano fue observado, desde tiempos muy antiguos, como uno de los perros más nobles. Es un perro grande de silueta muy grácil perfectamente adaptado a la carrera, en la que es un maestro.
No sólo se caracteriza por una gran velocidad sino también por una extraordinaria agilidad. Es, sin duda, un gran placer observar a estos perros en plena carrera.
El cuerpo, así como las patas, es alargado y está cubierto por un pelaje muy largo y sedoso, que puede ser de cualquier color, siendo más habituales los tonos cremas y leonados. La cabeza es alargada y con el pelo considerablemente más corto que en el resto del cuerpo, salvo en la frente y las orejas, en las que es de la misma longitud.
Cuidados de la raza afgana
Es una raza muy exigente en lo que se refiere a los cuidados que precisa. Su pelo largo liso requiere cuidados continuos. También es muy sensible en cuanto al afecto que precisa, que es considerable. Pero sobre todo es un animal que necesita unas grandes y constantes dosis de ejercicio.
Peso
Entre 22 y 30 Kg. Las hembras tienen un peso menor al de los machos.
Altura
La estatura del Afgano oscila entre los 63 y 74 cm.
Otros nombres de la raza
Galgo afgano, Afghan Hound, Lebrel Afgano.