África, en general, nos asusta. Es un continente desconocido; para los españoles y la mayoría de europeos, y no digamos el resto del mundo.
Lo identificamos con regímenes políticos ineficientes y corruptos, con inmigración descontrolada, con pobreza, con escasez, con retraso endémico. Y es verdad que todo eso existe en África, pero hay algo más.
Conozco en persona solamente los países árabes del Norte del continente (excepto Líbia), pero leo con interés lo que llega a mis manos sobre el resto. Y la conclusión que saco es que África está siendo capaz de mejorar a marchas forzadas. O al menos muchos países del continente. No es un continente homogeneo; en casi ningún aspecto, en mi opinión. Pero es un continente que avanza.
Desde la perspectiva de las empresas españolas, por proximidad geográfica, cultural y política, África es una gran oportunidad. Viajo con asiduidad a Marruecos, y menos a Túnez y Argelia, pero en los tres países, en ese orden, creo que el futuro se adivina muy despejado. Con enormes ganas de asemejarse a Europa. Y con la ayuda de una natalidad exhuberante y un enorme potencial económico por desarrollar.
Argelia tiene recursos naturales, como el gas y el petroleo, y un turismo por desarrollar. Túnez lucha por recomponer su turismo, por volver a las épocas gloriosas, y lo van a conseguir, si el terrorismo no vuelve a golpearlos. Y Marruecos ya está en la senda de un país moderno y europeo. Es cuestión de pocos años que alcance ese nivel. Es un país joven, cada vez más formado, con una clase media emergente y la ayuda de la UE, EEUU e incluso Israel. Que lo consiga es, como digo, solo cuestión de tiempo. La modernidad ya se ve en sus ciudades y sus infraestructuras. Como destino turístico ya es un competidor notable de la propia España (la líder del sector).
Personalmente me he aplicado la lección y recientemente he invertido en un fondo de capital riesgo hispano-africano que invierte en esos países y otros del continente. Es decir, intento hacer lo que los americanos llaman to walk the talk, que traducido libremente sería hacer lo que predico.
Animo a mis lectores a planteárselo.
Sé que son grandes desconocidos para los españoles, como ya he dicho, y que aún queda mucho camino por recorrer, pero ahora es el momento. Cuando todo sea más que evidente, la oportunidad puede haber desaparecido.