Calificación: 3,180.
Tráiler de la Película
Ficha:
Título Original: Afterparty.
Director: Miguel Larraya.
Guionistas: Miguel Larraya, Fernando Sancristóbal Zurita.
Intérpretes: Luis Fernández, Alicia Sanz, Ana Caldas, Andrea Dueso, Rocío León, Juan Blanco, David Seijo, Úrsula Corberó, Pilar Rubio, Coté Soler, Fernando Lueches, Eva Ugarte.
Productores: Álvaro Augustín, Tomás Cimadevilla.
Fotografía: Pablo Rosso.
Música: Lucas Vidal.
Montaje: Jordi López.
Diseño de Producción:
Diseño de Vestuario:
País: España.
Lugares de Rodaje: Madrid (España).
Fechas de Rodaje: De 30-01-2012 a 27-02-2012.
Año: 2013.
Duración: 76 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 16 años.
Género: Terror.
Estreno: 13-09-2013.
Distribuidora: Savor Ediciones, S. A.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España, Sitio Oficial.
Puntos Popularidad: 8 (0).
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.
Crítica:
16-09-2013 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
Matarile-rile-rile
Con "Afterparty", el novel director Miguel Larraya intenta hacer cine de terror a lo yanquilandia, con una trama centrada en las terroríficas peripecias de un grupito de chicos y chicas atrapados y víctimas propiciatorias del inevitable sacamantecas. Desde luego, las sorpresas se telegrafían antes de tiempo en este embolado más o menos aterrador que, de algún modo, me recuerda aquella cancioncilla que dice: 'Matarile-rile-rile...', visto y comprobado el tono general de la cinta, en sintonía con otros títulos del mismo estilo. De ahí que este cronista tiene el pálpito de que su máximo responsable ha tenido en cuenta aquella premisa, según la cual la originalidad no consiste en no parecerse a nadie sino en parecerse a todo el mundo.
Así pues, en "Afterparty" -el título en inglés queda muy aparente- el academicismo sustituye a la autenticidad, la inspiración es reemplazada por la brocha gorda, el terror por la caricatura y la creación de ambientes claustrofóbicos por un chirriante efectismo visual. De tal modo, que la idea de contar la sangrienta resaca que una fiesta por todo lo alto produce en sus protagonistas, aparece resuelta con una factura técnica a base de planos cortos, breves, truculentos, la mayoría sin ton ni son.
No hay más cera que la que arde en este producto que se pretende rabiosamente comercial, reservado exclusivamente a espectadores adolescentes poco exigentes. Sin embargo, en esa longitud de onda también es exigible el perfecto diseño de producción, así como las iluminaciones al claroscuro justas y expresivas, además de la matizada dirección de actores. A partir de ahí, cabe suponer, a la vista del resultado, que a su guionista y director se le escapa del todo el sentido de la expresión 'progresión dramática' y la construcción de personajes interesante ubicados en un ambiente creíble. En fin, 'Matarile-rile-ro'.
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