Agatha Christie, Miss Marple y Poirot

Por Mientrasleo @MientrasleoS


     Estas semanas he hablado de novela policíaca Si hay una autora conocida por todos en este género es precisamente Agatha Christie. Evidentemente es imposible tener una entrevista en este blog con ella, pero eso no hace que sea imposible acudir a su casa y conocerla un poco más. A fin de cuentas escribía ficción, ¿por qué no jugar con la ficción de sus conocidos personajes?
     Agatha Christie era hija de un rentista bien situado en Nueva York. Quedó huérfana con once años y recibió entonces una buena educación en colegios privados. Terminada esta se trasladó a estudiar canto en París y en 1920, mientras trabajaba como enfermera, nacía Poirot, que pronto compartiría protagonismo con Miss Marple. Se casó en 1914 y se divorció en 1928, datos hoy irrelevantes que en aquellas fechas eran mucho menos comunes. Situémonos, corría el mes de diciembre de 1937 cuando su coche apareció abandonado cerca de una carretera y no sería hasta once días más tarde que no apareció en un hotel registrada a nombre de una amante de su marido. Encontrada por su familia recibió tratamiento, se casó nuevamente y pasó una vida normal, viajando mucho y siempre escribiendo.
     Hasta aquí todo es cierto, pero, ¿qué pasó esos once días?, ¿quién podría hacer cábalas mejor que sus dos detectives estrella? Sentados a una mesa en un viejo hotel inglés, un tanto maltratado por el paso del tiempo sin una buena reforma, exhalando un cierto olor a rancio entre ricos tapices, encontramos a Poirot, bajito, con una cabeza inusitadamente redonda y un cuidado bigote que muchos podrían tildar de ridículo. Belga de nacimiento y exiliado a Inglaterra tras la ocupación alemana de Bélgica, sorprende la apariencia respetable y el lustroso bombín. No podemos menos entonces que fijarnos en su anciana acompañante. Se trata de una de esas viejecitas con pelo como algodón que tanto proliferan en las tardes de primavera por los parques ingleses. Esta en particular, responde al nombre de Miss Marple y ha viajado a Londres desde su pueblo natal, St. Mary Mead, acompañada de su sobrino Raymond, escritor.
     Tal vez entre ambos pudieran decirnos donde estuvo su creadora en el espacio de esos once días, pues muchos son los asesinatos y misterios resueltos por su perspicacia. En el caso de Poirot sabemos que es detective, pero que no se quedará en tomar unas simples huellas dactilares, sino que buscará entre los detalles, las sombras que pueden pasar desapercibidas y que, precisamente por eso, son más susceptibles de ser dejadas "por descuido". Es imposible que exista el misterio perfecto, afirma interesado en la psicología. Miss Marple en cambio, usaría sus deducciones basadas en la observación y conocimiento de la naturaleza humana. No en vano hablamos de su creadora, la ha de conocer bien. La propia anciana, que a ratos puede parecernos un tanto cotilla, reconocerá su interés en las vidas ajenas harta ya de conocer la suya propia. Y entre ambos, cabeza contra cabeza, barajarán hipótesis y visitas realizadas, rutas alternativas, pasiones, entradas y salidas para darnos al fin, la resolución al gran misterio. ¿Dónde estuvo esta autora de grandes títulos que muchos conocimos en la adolescencia y nos hizo viajar y recorrer mundo y encontrar un cadáver en la biblioteca?
     Se hace el silencio por un momento mientras Miss Marple, atenta siempre, se descubre observada y nos mira inclinando la cabeza con una sonrisa, Poirot se levanta con sus teatrales modos (le encanta este momento), y nos dice una única frase.
     ¿Acaso no es justo que una autora de novelas de misterio, nos deje también su propio interrogante?
     Y es que esta autora, cuyo nombre resuena entre títulos como Diez negritos o Asesinato en el Orient Express será de los nombres que se escriban en un futuro en los libros de texto escolares, o en los e-textos escolares, o tal vez en ninguno porque es difícil saber que nombres pasarán dentro de cien años a la historia literaria. Lo que si es cierto, es que hoy por hoy, sus múltiples títulos siguen siendo reeditados, comprados y disfrutados por muchos. Hacemos cábalas junto a sus detectives, buscamos pistas y asesinos entre las visitas a la hora del té y los regalamos sabedores de que proporcionan una tarde lúdica y, posiblemente, una afición a seguir descubriendo títulos de la misma autora.
     Hoy, sin ser capaz de elegir un único título de la prolífica Agatha Christie, hago sitio en mi estantería virtual a los aproximadamente ochenta títulos que firmó esta autora, a teatro, novela, envenenamientos, anónimos, atropellos... y a una moda: la de la novela policíaca. En mi caso fueron entrando principalmente por coleccionables que fui completando con otros coleccionables, pero os aseguro que tengo una gran parte de su obra y si me ha quedado una duda es precisamente la que me permitía trasladaros en esa presentación ficticia de sus dos personajes más famosos. ¿No tenéis la sensación de que muchos de los autores de misterio, tienen alguna sombra en su vida?
     Gracias