AGENTE ESPECIAL (SPECIAL AGENT) (USA, 1935) Policíaco, Negro

Director: WILLIAM KEIGHLEY
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Intérpretes Principales: Bette Davis, George Brent, Ricardo Cortez, Jack La Rue, Henry O'Neill, Robert Strange, Joseph Crehan, J. Carrol Naish, Joe Sawyer, William B. Davidson, Robert Barrat, Paul Guilfoyle, Joe King, Irving Pichel
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Argumento: El Departamento de Hacienda de Estados Unidos nombra al periodista Bill Bradford agente especial encargado de acercarse a Nick Carston, y conseguir pruebas para inculparlo en una causa penal por evasión de impuestos ante el gran jurado, y acabar así con sus actividades delictivas.
Bill entabla amistad con Julie Gardner, contable de la organización de Carston, y, apelando a su patriotismo, consigue que descifre y fotocopie los libros de contabilidad, lo que permite la detención de Carston.  Pero deberá testificar Julie y no será fácil al tener sicarios buscándole para asesinarle.
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Mi comentario:  Muy buena película de género negro/policíaco, con toques y diálogos chispeantes llenos de humor, a veces negro, como este que tiene lugar entre el protagonista, un agente de La Ley que trabaja, como tapadera, de periodista, y uno de los matones del malo:
"- Oh, ya veo que estás fuera de nuevo.
- Sí y no será gracias a tí. Me llamaste asesino.
- Yo lo único que escribí es que veía una vaga conexión entre el funeral de Corrigan y que el hecho de que tú le metieras seis balas el día anterior".

Muy bien realizada por William Keighley, que por aquellos tiempos era uno de los mejores y más respetados del gremio, consigue mantener el interés y atención durante su más bien corto metraje, no llega a los ochenta minutos, gracias a un perfecto ritmo que incrementa a cada minuto la tensión y hasta cierto suspense.
Excelentemente interpretada, se degusta como el pequeño manjar cinematográfico que sin duda es.

Funciona a la perfección tanto en el género negro/policíaco como en la comedia,  como se ve, por ejemplo, en la relación entre los dos protagonistas, con divertidos y rápidos diálogos entre ellos, como este:
"- No puede ser que estés sin blanca un martes. ¿A qué jamelgo apostaste esta vez?.
- A "Medianoche". Pensé que era su nombre pero era  sólo la hora de su defunción.
- Déjame terminar esto. Tengo tanta hambre que me comería un caballo.
-Querida, si lo hubieras hecho antes de la carrera no habría perdido cincuenta pavos".
Muy recomendable, es un perfecto ejemplo del soberbio cine que se lograba en el Hollywood dorado.