Curiosa palabra la que hoy os presentamos, que nos llega del homónimo latino agonista, y este del griego ἀγωνιστής, "combatiente", "luchador" empleándose como adjetivo y sustantivo. El DRAE contempla nada menos que 5 definiciones para esta voz, que despliegan un campo semántico sorprendentemente amplio...
Así, en anatomía, los agonistas son los músculos que se contraen para producir el movimiento. Por ejemplo, al flexionar el brazo, el bíceps se contrae, siendo en ese instante agonista, en oposición al tríceps relajado (antagonista).
Por otra parte, en bioquímica, un agonista es aquella sustancia que es capaz de unirse a un receptor celular y provocar una respuesta en la célula con el fin de estimular una función. El concepto se emplea a menudo para referirse a ciertos medicamentos para calmar el dolor, que intervienen estimulando la producción de neurotransmisores específicos para mitigar el componente físico y emocional de la dolencia...
Pongamos como ejemplo el fentanilo, agonista sintético, según artículo extraído de la Wikipedia:
"El fentanilo es un agonista narcótico sintético opioide utilizado en analgesia y anestesia, con una potencia aproximada 100 veces mayor que la morfina. Por vía intravenosa, tiene un comienzo de acción menor a 30 segundos y un efecto máximo de 5 a 15 minutos, con una duración de la acción de 30 a 60 minutos…” Muy ligado a su origen etimológico, está la tercera acepción de esta palabra, como sinónimo de luchador, y por extensión de significado, la cuarta acepción, que incluye bajo este manto a los personajes que se enfrentan en el contexto de una trama literaria...
Por último, aunque ya se la considera una acepción anticuada, hemos de señalar que también se denomina con este nombre a la persona que se halla (luchando) en agonía de muerte.
¡Hasta el próximo artículo de ladino palabrista! ;-)
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