Alejandría. Egipto, año 391 D.C.
Si hay algo que resalta en los primeros planos de Ágora, es la ubicación concreta y precisa de un personaje. Hipatia(Rachel Weisz), profesora de Filosofía, no es ni politeísta ni tampoco es cristiana ni judía. Hipatia cree en la Filosofía. Hipatia cree en el pensamiento.
Alejandría y su faro, una de las siete maravillas del mundo antiguo, y sobre todo la biblioteca. Papiros celosamente custodiados que Davo, uno de los esclavos del padre de Hipatia, recordará siempre, pues allí decidió que su señora Hipatia le había insultado para siempre. Y Davo, personaje muy interesante en la película. Un cristiano que se rebela por despecho, y nada convencido, es determinante en la corta vida de Hipatia.
Guión firmado por Amenábar y Mateo Gil, traslada al espectador a una historia muy lejana en el tiempo. Donde los dioses se mezclaban con cristianos ávidos de poder. Donde la lógica y el pensamiento no existían, solamente para los alumnos de Hipatía.
Los alumnos de Hipatia llegan a ostentar grandes cargos políticos en la ciudad como es el caso de Orestes. Y aunque Hipatia no deja de pensar en el sol, en la esfera perfecta que por alguna razón en invierno está más lejos, y en verano se acerca más a la Tierra...Sagaz Hipatia, de la que no se conserva ni un solo libro o tratado.
Aunque "Ágora resalte los silencios, y muestre una fotografía de Xavi Giménez portentosa y espectacular, desde luego que prima en todo el discurso narrativo la necesidad del director de contar esta historia nunca antes tratada en el cine. Una historia que ahora todo el mundo debería conocer porque aunque nos separan siglos, Amenábar ha hablado de esta mujer, de un mundo fanático, de pasiones escondidas, y de una ciudad, a merced de unos ídolos y otros, y salpicado con bellísimas imágenes y una banda sonora espléndida de Darío Marianelli(autor de la música de la película Expiación)
En pocas palabras, he visto una película histórica, al estilo del género antiguo,de figuración y vestimentas tejidas con lino, de personajes que sufren y anhelan el poder, donde el saber y el pensamiento chocan violentamente contra los dioses paganos, los cristianos y los judíos. Grandiosa, y llena de luz, y de ambiciones humanas.
Mirando las estrellas del cielo una noche de verano. Ahí comenzó Alejandro Amenábar su particular periplo hasta llegar a esta heroína llamada Hipatia.