Tres cosas hay de Ágora que me han disgustado y una que me ha gustado.
Sobre el disgusto.
Lo primero, no me ha convencido demasiado el montaje. Entiendo la intención, pero para mi gusto hay ocasiones en que capa el ritmo y la tensión.
Lo segundo, esas imágenes de la tierra vista desde el espacio exterior. No me parecen un acierto, sino todo lo contrario. Tanto esfuerzo para crear una ambientación tan gustosa para arrasar en un instante con ese ambiente clásico.
Lo tercero, una rara manía de querer contar demasiado. Me parece raro, porque antes no lo había visto en el cine de Amenábar. La protagonista principal es Hipacia, sí, pero el tema principal se pierde y reaparece con capas y capas de información no procesada demasiado bien. O una de dos, o se debería haber contado de otra manera o sobran esos diálogos de "mete información".
Sobre el gusto.
Raquel Weiz. Amenábar suele tener muy buen ojo para elegir a sus actrices y este es un caso claro. Ni comedida ni sobreactuada, siempre en su justa medida.
¡Ah, por cierto! No hay que desmerecer la fotografía y los decorados. Pero si no lo he metido en gustos, es porque era algo que creo que todos dábamos por descontado.
Alejandro, creo que se te da mejor desmoralizarnos un poco.