En diciembre estaba deseando que llegaran las vacaciones de los peques. Entre otras cosas, para volver a no tener horario. Y para volver a pasar tiempo con Luke y Leia. Porque los echo de menos. Estos días ha habido tiempo para todo, imagino que como en casi cualquier casa. Visitas a la familia, comidas y cenas, paseos, juegos en casa, fiestas –como mi cumpleaños–, y hasta pequeños viajes. El fin de año lo hemos pasado en Toledo, con parte de la familia, enganchados al Tito Kiko. Y luego los Reyes, los días más mágicos del año.
Así que hoy hemos vuelto a la rutina. Al estrés. Despertador, desayuno con prisa, y abrigo. Esta mañana hacía mucho frío, daba más pena todavía sacarlos de la cama. Reencuentro en la puerta del cole con los amigos, con las seños, y otra vez a la fila. Y yo otra vez a por mi café solo, y a tenerlo todo listo para cuando salgan en un par de horas. Para que luego lea uno o escuche comentarios, tips con cierta sorna, frases de Malasmadres. Bendita rutina, bendito descanso. Cosas de la –falta de– conciliación, supongo. Yo vuelvo a mi cansancio.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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