Agra y Varanasi, la India más famosa

Por Alberto @k_lero82

Agra y Varanasi, la India más famosa

on 15/04/2015

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Agra y Varanasi, la India más famosa

Dejamos atrás Rajastan para visitar dos de los lugares más famosos de toda India: El Taj Mahal de Agra y la ciudad sagrada de Varanasi, a orillas del Ganges.

En ambas ciudades yo ya estuve hace 4 años, así que intentaré no aburriros con explicaciones, aunque no prometo nada. Los posts del anterior viaje son estos: Post de Agra y Post de Varanasi. Como Carol no las conoce y por ser los sitios que son, nunca está de más visitarlas de nuevo.

Tanto Agra como Varanasi son dos lugares obligatorios si visitas la India, además están separados entre sí por un tren nocturno, así que suelen ir de la mano.

Agra no tiene mayor interés que el Taj Mahal. También puedes visitar el fuerte pero nosotros no lo conocemos, aunque nos han contado que no es nada del otro mundo. La ciudad de Agra es caótica y sucia, como la gran mayoría en la India. Comenzamos la visita cogiéndole gran cariño a la ciudad cuando, a escasos minutos de que nuestro tren parará en la estación, ya de noche, un tipo saltó dentro e intentó robarme el móvil de la mano desde detrás de mí. No lo consiguió, no sé si por torpeza suya o por reflejos míos al retirar la mano, pero el caso es que al momento saltó del tren y se fue en un visto y no visto, antes de que nadie pudiera reaccionar. Horas antes, en ese mismo tren, conocimos a un señor muy majo y peculiar que incluso le escribió a Carol una poesía. Como siempre, India te da una de cal y otra de arena.

El Taj Mahal no necesita demasiadas explicaciones. Se trata de un mausoleo, levantado por un califa del siglo XVII en honor a su más amada esposa, después de que ésta falleciera. Le quiso construir el mausoleo más impresionante que jamás se haya levantado, y parece ser que lo consiguió. Detrás de esta romántica historia se encuentran anécdotas que empañan un poco tu imagen de este Don Juan, como que el califa mandó cortar las manos de todos los obreros al finalizar la obra para que nunca pudieran construir otro igual.

Lo peor del Tah Mahal son los indios. Los que lo visitan, claro. Una horda de ellos que se te cuelan por cualquier rincón y no respetan ni a su santa madre. El grado de tolerancia de Carol hacia ellos iba disminuyendo según avanzaba nuestra visita por el Taj Mahal, podéis ver su cara en una foto después de que se colaran por delante por enésima vez, como si la cosa no fuera con ellos. Aquí también nos hicieron la mejor foto que jamás nos hayan hecho, Carol y yo en pose regia frente a tan magnífico monumento, ahí os la dejo. De Pullitzer, Y el tipo aún nos la hace y nos pregunta “Is OK?”. Son unos cracks.

Carol y yo frente al Taj Mahal – La peor foto que jamás nos hayan hecho

Después de visitar el Taj Mahal y pasar el día en Agra cogimos un tren nocturno hacia Varanasi. Esta vez no fue el horror de tren en vida que cogí hace 4 años, intentando dormitar por los suelos sin billete, si no que pudimos ir bastante cómodos en nuestra clase sleeper.

Varanasi es una ciudad que capta a la perfección la esencia del país. La India más clásica se podría resumir en la antigua Benarés, una de las ciudades más antiguas del mundo. Con el caos de sus calles principales, los pequeños callejones laberínticos en los que apenas cabe una vaca y los muchos ghats frente al Ganges, el río más sagrado de todos los ríos, Varanasi no te puede dejar indiferente. Y si aún así lo hace, acércate a los crematorios junto al río para ver los cadáveres arder a la vista de todo el mundo, a la espera de que sus cenizas vayan a parar al río y se complete su ciclo de reencarnaciones.

En sólo un par de paseos ya vimos varios cuerpos arder y ya intentaron sacarnos dinero por ello, porque a Varanasi tampoco le faltan aprovechados, claro, ni gente que te ofrezca y venda lo que sea. Aún así, la he visto en una versión más suave que en mi anterior visita. Quizás se deba a que esta vez, aunque hacía calor, no llegábamos a los 98723491 grados de la última vez.

Una cosa que merece la pena hacer en Varanasi es hacer un paseo en barca por el Ganges. Es la mejor forma de ver los ghats desde la perspectiva del río. Nosotros lo hicimos al amanecer y mereció la pena, aunque haya que levantarse antes que los panaderos. Ahí conocimos a Álvaro y Alicia, y estuvimos un par de días muy bien con ellos. Además, este paseo en barca es bastante barato, aunque esta vez no tuve la suerte de ver ningún brazo flotando en el río.

Y si aprieta mucho el calor siempre te puedes remojar, no encontrarás río más sagrado que el Ganges, y los dioses de muchos brazos y muchas cabezas te deberían proteger. O al menos Shiva. Reza para que lo hagan porque según leímos, en el Ganges hay un nivel de bacterias de origen fecal de 88000 por cada 100 ml, cuando el máximo recomendable para el baño es 500 por cada 100 ml. Incluso hay indios que, imbuidos por esta aura de protección divina, se beben el agua del río. Lo bueno es que para ellos no hay mejor lugar para morir que éste.

Otra de las cosas típicas de Varanasi es la ceremonia nocturna que se hace cada noche en los ghats principales. Cuando se pone el sol cientos de personas se agolpan en las escaleras y en cualquier rincón que haya disponible para ver este ritual con fuego y música. El río se llena de barcas con turistas (la mayoría indios) para ver el espectáculo, que no dura más de una hora, mientras se rinden los tributos necesarios a los dioses. En este caso a Shiva, la deidad oficial de la ciudad (unos del Madrid, otros del Barça, otros de Shiva…).

Tras varios días nos despedimos de Varanasi, ciudad única, y nos vamos a quemar la última etapa de este viaje que ya va para 15 meses.

Hemos decidido viajar un poco para rematar la faena. Nos vamos al norte, a las montañas, al fresco, a un lugar que está encajonado en un pequeño rinconcito de la India, situado entre el Tibet, Nepal y Buthan.

¡Darjeeling y Sikkim, allá vamos!

Alojamiento

  • Agra

Los alojamientos más baratos en Agra están en la zona el Taj Mahal, en el barrio de Taj Ganj. Nosotros llegamos tarde, a eso de las 23:00, y nos quedamos a medio camino, en una zona con poco turismo. El hotel se llamaba Tourist Rest House, la habitación nos costó 450 rupias (le rebajamos 50) y no estaba mal, limpio y con baño dentro de la habitación, pero sin agua caliente y un jardín cuidado con restaurante en el exterior. El problema es que estaba entre la estación de tren y la zona del Taj Mahal, así que hay que ir en rickshaw a ambos sitios. En la zona del Taj Mahal se pueden encontrar alojamientos por 400 rupias (y posiblemente menos), como por ejemplo el Shanti Lodge, con una terraza con vistas al Taj Mahal.

  •  Varanasi: 

En Varanasi hay alojamiento de muchos rangos, y también bastante esparcidos por diferentes ghats. Nosotros nos quedamos en un lugar llamado Yes Please guesthouse (sí, en serio). Estaba en el Jain Ghat, junto a otro alojamiento más conocido llamado Elvis guesthouse, a unos 5 minutos al norte del Assi Ghat. Lo malo es que está un poco retirado de la zona central de los ghats, unos 15 minutos andando al menos. Pagamos 350 por la habitación (regateando) y tenía baño con agua caliente y wifi, que funcionaba a ratos. En la parte de arriba hay una pequeña azotea con un par de mesas a modo restaurante, pero la comida aquí no es gran cosa y tardan una vida y media en traerla.

Transporte

      • Tren Ajmer – Agra: Fuimos en second class, o sea, asientos normales y corrientes (nada de literas). Nos costó 174 rupias a cada uno y tardó casi 7 horas al final. Hay varios al día. Llegando a Agra, ya de noche, alguien saltó al tren y me intentó robar el móvil sin éxito. Saltó corriendo del tren otra vez antes de que nadie pudiera reaccionar. Vigilad las pertenencias.
      • Transporte en Agra: Los rickshaw en la ciudad para moverte de la estación de trenes a la zona del Taj Mahal te cobran unas 100 rupias. Hay alrededor de 5 kilómetros.
      • Tren Agra – Varanasi : Fuimos en clase sleeper, y también hay varios al día. Pudimos coger las dos literas de arriba, altamente recomendable cuando viajas en sleeper, porque así no te molestan ni se te sientan en tu cama mientras duermes. Nos costó 680 rupias a cada uno, bastante más que si lo compras por tu cuenta (fue en agencia), pero los billetes normales estaban agotados, así que recurrimos a los billetes extra que las agencias pueden comprar y el resto de mortales no. Este tren sleeper fue bastante suave, no hubo sobrepoblación y todo estuvo más o menos bajo control.

Trenes India – Clase Sleeper

    • Transporte en Varanasi: Los rickshaw desde la estación de tren -bastante lejana- hasta la zona del Ganges cuestan 100 rupias. No te intentan cobrar de más porque es una tarifa prefijada. Un rickshaw para distancias más cortas, de un par de kilómetros o así, cuestan unas 50 rupias, aunque te empiecen pidiendo 150 y te rechacen 3 o 4 de ellos al final lo consigues.

Actividades

  • Entrada Taj Mahal : La entrada para extranjeros cuesta 750 rupias (para locales 10). No se puede meter tabaco ni trípodes. Si llevas, te lo pueden guardar en alguna de las tiendecitas de fuera, a la salida les das 10 rupias y todos contentos.
  • Paseo en barca Varanasi : Los paseos en barca al amanecer o cuando sea por el Ganges cuestan 100 rupias por hora o por cabeza, aunque en muchos sitios te pueden intentar cobrar más, sobre todo alojamientos.
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