Agricultores vs agenda 2030

Publicado el 04 marzo 2024 por ArÍstides

RAMOS MOJADOS, SANTOS REGADOS, Refrán.

Vaya por delante que mi visión es parcial porque no conozco al detalle toda la problemática del campo. Por lo tanto, que nadie lo coja como un todo, porque no lo es; así que, al loro. Lo que voy a exponer es lo que acontece en un pueblo de 180 habitantes del que conozco su realidad y a sus gentes desde hace 30 años.

  • Los agricultores tiene todas las tierras en regadío con precios del agua muy inferiores al del consumo para vivienda. Normalmente, sacan dos cosechas anuales que no les resulta difícil vender o que tienen ya vendidas en el momento de plantar.
  • Para las viñas destinan los peores suelos; aún así, las tienen con regadío y aspersores para evitar las heladas.
  • Lo precios del gasoil lo tienen subvencionado y es el que posteriormente usan para las calderas, también de gasoil, de sus viviendas.
  • Los tractores poseen aire acondiconado, GPS y laser para trazar los surcos de las cosechas.
  • Las labores las tienen mecanizadas, con la excepción del montaje y desmontaje de los tubos para regar.
  • Son autómos y pequeños empresarios que contratan a emigrantes, gitanos y jornaleros andaluces en la vendimia y recogida de la patata.
  • Sus hijos habitan en poblaciones cercanas más grandes y con servicios.
  • Muchos de ellos están jubilados y siguen trabajando el campo. Las cosechas se facturan a nombre de algún descendiente que figura como agricultor, aunque no lo sea.
  • En los cristales de los coches ya no se estampan los mosquitos porque ya no los hay. Se debe a que, al ser una agricultura intensiva, usan simientes con herbicidas que impiden que salgan "plantas malas". Por ejemplo: amapolas.
  • Se ha reducido la presencia de aves porque carecen de alimento y de lugares donde anidar. Ello es debido a que se han eliminado los árboles y arbustos de las lindes.
  • Las simientes son más productivas. Por ejemplo: el trigo y la cebada poseen más grano y menos paja. Por lo tanto, alcanzan menos altura.
  • Se quejan de la burocracia, pero en el pueblo no hay un solo agricultor joven que tenga bachiller.
  • Se sigue cultivando lo mismo que cultivaban sus padres. A esto le llaman "cultura" y la "herencia que nos dejaron nuestros mayores".
  • Se quejan de que cada vez gastan más en insecticidas, fertilizantes, fungicidas, herbicidas y fotoreguladores.
  • Algunos viven en la capital (a 40 kilómetros) con lo que sacan del alquiler de las tierras.
  • Rechazan la Agenda 2030, pero desconocen exactamente cuáles son los objetivos del desarrollo sostenible.
  • Sus productos tienen como destino las plantas de congelados y la exportación a Europa, pero abogan por políticas proteccionistas en la Unión Europea.
  • Se consideran productores. Por ello descuidan la logística y la creación de industrias transformadoras que puedan acercarles al consumidor eliminando intermediarios.
  • Sus ascendientes, a diferencia de ellos, tenían animales de granja (pollos, cerdos, conejos...) y pequeños huertos que ayudaban a la economía doméstica.
  • El pueblo posee un valsa en terrenos comunales para guardar el agua en invierno. Esta instalación está conectada con las de los pueblos vecinos.

Antiguamente se sacaba el santo en procesión para que lloviera. Hoy se suple con alta capacitación profesional, nuevas tecnologías e innovación. Querer poner fin a la entrada de productos del exterior, en una economía de libre mercado, es un imposible que perjudica a quien no se ponga las pilas en tecnología y alta formación. Así, según El Economista por ejemplo: el 54% de las empresas agrícolas que operan en Marruecos son de origen español. Estas empresas tienen acceso a una mano de obra 4 ó 5 veces más barata que la nacional. Los gastos de destribución a Europa los tienen mucho más caros y "de 792 alertas emitidas por países europeos contra frutas y verduras extracomunitarias, solo 14 correspondían a productos procedentes de Marruecos ". Esto el mundo de la industria lo conoce bien.

Esta es la realidad del campo que conozco y que sólo representa a una parte. Me parece que el sector tiene un problema en la pérdida de la calidad del suelo de cultivo, la sequía, el acceso al agua y la falta de innovación para acercar sus productos al consumidor final. La burocracia se puede simplificar, y la agenda 2030 en realidad es su gran aliado. En sus manos y en la contratación de gestores cualificados está la constitución de empresas transformadoras de sus productos que añadan valor a su trabajo.

Se puede discutir, patalear y protestar, pero no hay otra, porque la trinchera es imperfecta y se romperá.

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KKKK