Agroecología: hacia una nueva revolución agraria

Publicado el 27 noviembre 2013 por Hugo Rep @HugoRep

Aunque lo más normal sería estar preocupado por lo que vivimos ayer en el Calderón, yo estoy muy positivo y prefiero centrarme en que logramos los tres puntos más que en el hecho de que el Rayo Vallecano nos metiera tres goles en diez minutos por una falta de concentración total y absoluta. Si lo pensáis bien, este es el típico partido que, otras veces, hubiéramos perdido, pero que con el Cholo de entrenador las cosas han cambiado y ahora se ganan.
Como lo cortés no quita lo valiente, me quito el sombrero ante Diego Costa, que ayer se quitó el mote de “Rantamplan” a base de asistencias y profundidad. Participó en los cuatro goles, en los dos primeros asistiendo directamente a Mario Suárez y Koke, en el tercero dando el pase a Juanfran para que asistiera a Ardá y provocando el penalty en el cuarto. Sin ningún tipo de duda, su mejor partido, no solo con la camiseta del Atleti, sino de su vida y lo más curioso es que no metió ni un solo gol y solo estuvo en el campo 56 minutos.  Ojalá me haga comerme todas mis palabras y siga jugando a este nivel porque eso será bueno para nuestro Atleti.

Del resto del partido diría que fue un “meneo” considerable del Atleti que, sin hacer grandes alardes técnicos, dominó el encuentro de principio hasta el minuto 82, con cuatro goles, siendo el del turco el 4.200 en ligas por parte rojiblanca, con posesión y con mucho oficio. No le puedo poner ni un solo “pero” al equipo. Pero en el minuto 82, los once jugadores de campo con las camisetas rojas y blancas decidieron que el partido se había terminado y, claro está, no era cierto, lo que aprovechó el Rayo Vallecano y en especial Delibasic para meter goles y miedo en la grada.
En los dos primeros goles en contra la falta de intensidad defensiva es insultante y el montenegrino del Rayo marca a placer. Ninguno de los defensas rojiblancos que se encuentran alrededor hacen nada por entorpecer al delantero. En el tercero aparecen los nervios de la época de Manzano, con una serie de despejes patéticos sin fuerza ni sentido, con rebotes circenses que acaban con el balón en los pies de Leo Baptistao que la “enchufa”. El año pasado, cuando nuestra defensa era todo nervios, Simeone les enseño a que un patadón bien dado y mandar la pelota a 50 metros de nuestra área, no es malo, al revés, es lo que hay que hacer para evitar goles como el de ayer. Sinceramente no sé que pasó.
Yo me fui a casa contento porque esos 10 minutos finales no me van a quitar las buenísimas sensaciones que me provocaron los nuestros durante los primeros 80 minutos, porque estamos metiendo muchos goles y porque seguimos luchando en los puestos de cabeza. El inicio liguero es muy bueno e ilusionante y si lo que pasó ayer nos sirve para aprender y evitar que vuelva a pasar, bienvenido sea. ón y las operaciones de irrigación que son el centro de la agricultura industrial, son altamente dependientes de combustibles fósiles cada vez más caros y escasos.

Las condiciones climáticas extremas son más comunes y más violentas, amenazando los cultivos, especialmente los monocultivos modernos gené
ticamente homogéneos que cubren el 80% de las 1.500 millones de hectáreas de tierra cultivable. A esto se suma el hecho de que la agricultura industrial contribuye con cerca del 25-­30% de las emisiones de gases efecto invernadero, cambiando tendencias climáticas y complicando la capacidad del mundo para producir alimento en el futuro.

La intensificación de la agricultura con variedades de cultivos de alto rendimiento, fertilización, irrigación y pesticidas tienen un fuerte impacto sobre los recursos naturales con graves implicaciones en el medio ambiente y en la salud.

La agricultura del siglo XXI.

Un paradigma alternativo de desarrollo agrícola, que fomente una agricultura biodiversa, resilente, sostenible y socialmente justa, es el que ha sido desarrollado por la gran variedad de estilos agrícolas ecológicos por al menos el 75% de los 1,5 millones de pequeños propietarios, agricultores familiares e indígenas en 350 millones de pequeñas explotaciones que representan no menos del 50% de la producción agrícola para el consumo interno global. La mayoría de los alimentos que se consumen hoy en el mundo, proviene de 5.000 especies de cultivos domesticados y 1,9 millones de variedades vegetales conservadas y manejadas por campesinos, la mayoría cultivados sin agroquímicos.

Resilencia a eventos climáticos extremos.

El desempeño agrícola después de eventos climáticos extremos, revela que la resilencia a los desastres climáticos está íntimamente relacionada con el nivel de biodiversidad en las parcelas agrícolas, una de las principales características de los sistemas agroecológicos. En  Centroamérica luego del huracán Mitch, se demostró que los agricultores que utilizan prácticas de diversificación – cultivos de cobertura, cultivos intercalados y agroforestería – sufrieron menos daños que sus vecinos con monocultivos. Después del huracán, las parcelas diversificadas tenían entre 20 a 40% más de capa superior de suelo, mayor humedad del suelo, menos erosión y experimentaron menores pérdidas económicas que sus vecinos convencionales.

Las innovaciones agroecológicas.

Una pregunta recurrente es por qué si están demostrados sus beneficios sociales, productivos y ecológicos, y si los sistemas agroecológicos son tan rentables y eficientes, ¿por qué no son ampliamente difundidos y adoptados? Y la respuesta es simple, existe una serie de restricciones que desalientan la adopción y difusión de las prácticas agroecológicas.  Se trata de barreras que van desde cuestiones técnicas como la falta de información, hasta la falta de mercado, la deficiente tenencia de la tierra y problemas de infraestructura. Deben hacerse grandes reformas en las políticas públicas, instituciones y en las agendas de los programas de investigación y desarrollo para asegurarse de que las alternativas agroecológicas sean masivamente adoptadas, de manera equitativa y ampliamente accesible. Asimismo, es necesario que los agricultores tengan mayor acceso a mercados locales, regionales, apoyo gubernamental, acceso al crédito, semillas y tecnologías agroecológicas.

Esos son algunos de los factores que explican que en la actualidad, la producción agroecológica sea particularmente apropiada para los pequeños agricultores, que constituyen la mayoría de la población rural pobre. Y eso es importante porque agricultores de escasos recursos, que utilizan sistemas agroecológicos, son menos dependientes de recursos externos y los rendimientos más altos y más estables logrados promueven la seguridad alimentaria.

Hacia una nueva revolución agraria.

La agroecología está aportando las bases científicas, metodológicas y técnicas para una nueva “revolución agraria” a escala mundial. Los sistemas de producción fundados en principios agroecológicos son biodiversos, resilentes, eficientes energéticamente, socialmente justos y constituyen la base de una estrategia energética y productiva fuertemente vinculada a la soberanía alimentaria.

Las iniciativas agroecológicas pretenden transformar los sistemas de producción de la agroindustria a partir de la transición de los sistemas alimentarios basados en el uso de combustibles fósiles y dirigidos a la producción de cultivos de agroexportación y biocombustibles, hacia un paradigma alternativo que promueve la agricultura local y la producción nacional de alimentos a partir de la innovación, los recursos locales y la energía solar.

¿Nuevos tiempos en América Latina?

Hay muchas contradicciones en países progresistas como Venezuela, Ecuador y Bolivia, porque hay muchos intereses económicos en juego.  En el caso particular de Bolivia, seguramente el presidente está siendo arremetido fuertemente por grandes intereses económicos que a veces lo empujan a tomar direcciones contrarias a sus propias leyes.  Este jueves vuelve la UEFA Europa League y comenzar ganando sería fundamental.
Vamos Atleti.Hay que hacer como los brasileros, una actitud inteligente, puesto que hay una agricultura avasalladora transgénica que está avanzando en Brasil a través del Ministerio de Agricultura, pero crearon también el Ministerio de Desarrollo Agrícola para apoyar a la agricultura familiar con políticas específicas.  Entonces ahí hay políticas diferenciadas, en cambio en países como Bolivia está todo bajo un solo ministerio, bajo muchas presiones, y los grandes productores una presión tan grande que no puede compararse con la capacidad de incidencia de los campesinos. Hay que crear mecanismos para proteger a la agricultura campesina y apoyar las leyes que ya existen, y transformar en acción los derechos constitucionales.

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