Una noche de esta semana, ya no recuerdo cuál, a esa hora mágica en la que muchos bebés se despiertan como si tuvieran un despertador interno imposible de desprogramar, mi nene se incorporó y dijo: abua. Mi marido y yo pegamos un bote en la cama y antes de que pudiéramos preguntarnos si efectivamente habíamos escuchado lo que habíamos escuchado, empezó: abua, agua, abua, abua. Así que nos levantamos corriendo a traerle agua y, efectivamente, se bebió su taza de un trago y se volvió a dormir.
Como la semana ha sido intensa como pocas y, como bien dice mi madre, tengo el nivel de objetividad pasado ya de objetividad (hacia el lado de exigirle demasiado), no le di mayor importancia, no pensé que se fuera a repetir. Pero sí que se ha repetido, sí, constantemente. Señala la taza de agua y lo dice, unas veces más claro y otras veces más como si llevara una b, pero lo dice y la pide cuando tiene sed. Anoche mismo se despertó como siempre a las 02.30 a.m., se sentó en la cama y dijo con todas las letras: AGUA. ¿Qué quieres bebito? le dije para ver si no lo estaba soñando... AGUA!!, me contestó cogiéndome las manos y llevándomelas hacia la taza, que quedaba fuera de su alcance.
Hoy ha dado un pasito más. Mi marido ha estado planchando y tenía un recipiente para el agua de la plancha cerca del alcance del niño. Él no se había dado cuenta de que estaba ahí hasta que en un momento dado lo ha visto, ha ido a mirar qué era y ha dicho: agua. Es decir, que parece que sabe lo que es el agua, no solamente su taza con agua, si no el agua en general.
No sé qué pensar. Supongo que cualquier padre/madre estaría dando saltos de alegría, chorreando baba, por la primera palabra de su hijo, pero lo cierto es que esta semana he estado más tensa que la cuerda de una guitarra y me da miedo confiarme y equivocarme. Me da miedo que todo sea casualidad (aunque no lo parezca) y que esta no sea su primera palabra con sentido, sino un espejismo.
Esta noche, antes de dormirse, ha estado un rato en la cama diciendo no. En principio, no lo decía con sentido (o si tenía sentido, nosotros no lo hemos captado) pero nos ha llamado la atención porque lo decia de forma individual (no era en plan nonononononono) y muy definido, era claramente una palabra. Estábamos viendo Aprende Inglés TV (que nos gusta mucho) y el tío ha pedido que repitiéramos una palabra en voz alta. Lo hemos hecho (la palabra era genre) y entonces el bebito se ha girado y mirándome ha dicho: ¡No!. ¿No lo he dicho bien hijo?. No. Y así hemos estado un rato, donde él contestaba a mis preguntas con un no muy claro, además con cara de estar alucinando.
Esto en él es mucho porque hasta ahora sólo hemos tenido una jerga indescifrable donde no parecía que hubiera palabras ni frases (aunque sí inflexión en el tono de la voz). Escribo esto y me da el gusanillo de pensar que vaya a empezar a hablar ya pronto pero... por otro lado me da tanto miedo ilusionarme y que no sea...
PD. Aprovecho para comentar mi última comedura de tarro, al margen de que el martes se lo comentaré a su pediatra, porque ya que estamos de perdidos al río, ¿no?. El niño bebe un montón de agua. Tiene varias tazas de 250 ml de capacidad y se bebe unas dos por la mañana, dos por la tarde y otras dos después de cenar. Vamos, que si no sumo mal, eso superaría el litro de agua diario, aparte los dos biberones con leche y cereales del desayuno y la cena. ¿Eso no es mucha agua?. ¿Es normal que un bebé tenga tanta sed?. Me consta que hay niños beben un montón y hasta el momento no me había percatado, ha sido ahora, que la pide con palabras, cuando me he dado cuenta.