Agua, El Oro Líquido Del Futuro.

Publicado el 19 septiembre 2018 por Carlosgu82

El mundo se caracteriza por su pluralidad, la variedad de gustos es cada vez mayor, la globalización ha expandido el abanico de posibilidades, brindando una serie de alternativas que años atrás ni siquiera alcanzábamos a imaginar, sin embargo, hay un gusto que todos compartimos desde el inicio de los tiempos, gusto irreemplazable cuyo valor aun no alcanzamos a dimensionar.

Según la organización mundial de la salud, una persona promedio necesita aproximadamente 100 litros de agua al día, para solventar todas sus necesidades de consumo y aseo, sin embargo, algunas investigaciones reflejan que en ciertos lugares del mundo se consumen hasta 250 litros de agua al día por persona. Y es que, para muchos de nosotros, basta con ir hasta el grifo para obtener esta sustancia vital en un estado optimo para ser ingerida y la dejamos correr cual liquido inagotable. Hoy en día, siete de cada diez personas en el mundo, cuenta con agua potable.

No obstante, la crisis por la falta de agua es una realidad, los 4 millones de habitantes de Ciudad del Cabo, la segunda ciudad mas grande de África, son testigos de ello. Desde el 2015 la sequía hizo un cambio transcendental en sus vidas, las autoridades anunciaron la llegada del día cero, en el que se cortarían los suministros permanentes de agua y, por el contrario, la obtendrían racionada a través de suministros provisionales. Pero no es un problema exclusivo de Ciudad del Cabo. San Pablo, Bejín, Estambul, Tokio, Barcelona y Ciudad de México, sufrirán sus propios días cero en las próximas décadas, si no comienza a racionarse el consumo desmedido de agua. De hecho, se pronostica que en el 2040 la mayor parte del planeta carecerá de agua suficiente para cubrir el consumo anual.

Una situación como esta es impensable cuando se trata de un planeta que está conformado por agua en su mayor parte, no obstante, desconocemos que el 97% de esa agua es salada y el otro 2% se encuentra en los polos, por la tanto, contamos únicamente con el 1% del agua del planeta para abastecernos y sobrevivir. Adicionalmente, la mayoría de ese 1% con el que contamos se encuentra bajo tierra y su extracción es difícil y costosa; así que recurrimos a las alternativas superficiales, como ríos y lagos. Pero con el paso de los años, la población se incrementa y el consumo de agua aumenta, a la vez que las lluvias y la nieve que mantienen llenos los lagos y ríos, son cada vez más escasas debido al cambio climático.

Pero, el problema real no está en el aumento de la población mundial, sino, en cómo dispendiamos el agua, veamos; el consumo de agua por parte de cada persona corresponde a solo el 8% del agua que consume anualmente, la mayoría del agua se gasta en la agricultura y en los productos y servicios que usamos, por ejemplo, 74 litros de agua se usan en cada vaso de cerveza y cada camiseta de algodón que tenemos ha empleado 2.500 litros en su elaboración.

En casi todo el mundo, el agua es tratada y comercializada como si nunca fuese a faltar y por eso es enormemente desperdiciada. India y China producen los cultivos que más requieren agua en sus regiones más secas, si realmente fuéramos consientes del valor incalculable de esta sustancia, dejaríamos de sembrar en terrenos áridos y desérticos. Tal vez, cuando nos encontremos frente a su inminente agotamiento, seremos capaces de restringir valorando cada gota, cual oro líquido, entendiendo que sin oro seguiría existiendo la vida, pero sin agua, moriríamos en cuestión de días.

La primera lección, la ha vivido Ciudad del Cabo; luego de anunciado el día cero, sus ciudadanos comenzaron a racionar el agua; depósitos instalados para recoger la lluvia, baldes bajo cada grifo para no desperdiciar ni una sola gota, bañarse simulando la velocidad de la luz, fueron algunas de las alternativas usadas para gastar 50 litros de agua al día por persona. También ha contribuido notablemente la restricción de agua dedicada a la agricultura de regadío en la zona, mientras la ciudad sudafricana se prepara para diversificar sus fuentes de cara al futuro y no ser tan dependiente del actual sistema de presas. Hoy, gracias a el compromiso orientado por la inminente perdida permanente del valioso líquido, lograron aplazar la llegada del día cero.

Lo cierto, es que de seguir con el desenfreno que caracteriza a la mayor parte de la humanidad, incapaz de pensar en el futuro próximo, más temprano que tarde, todos nos enfrentaremos al día cero. Por ello, empresarios cual película, ya se encuentran comprando grandes cantidades de agua, viendo en ello el negocio del futuro, capaz de otorgar un poder de dominio incalculable a quienes la posean cuando comience a escasear. Por lo pronto, los gobiernos no hablan de ello, no existen planes de contingencia y se siguen otorgando permisos para la plantación de cultivos en zonas en las que requiere hasta diez veces más agua.