Confieso que conocí este libro a través de un blog de fans de Crepúsculo (que visito asiduamente, sí, ¿qué pasa?), en el que anunciaban la nueva película de Robert Pattinson, Agua para elefantes. Leí la sinopsis de la película, un veterinario de un circo en los años 30, y me faltó tiempo para desear tener el libro, así que me lo compré, después de buscarlo en varias librerías que no lo tenían, justo el 31 de diciembre. Dentro de pocos meses, cuando se estrene la película, sospecho que lo reeditarán con la portada de la peli y lo tendremos hasta en la sopa.
Jacob es un viejecito de 90 años que vive sus últimos días en una residencia de ancianos. Sus facultades mentales están prácticamente intactas, pero las físicas ya le van fallando; además siente que ya no forma parte de la que fue su familia, pues las visitas se reducen al mínimo y son poco más que pura cortesía. Pero su ilusión renace cuando, por las ventanas de la residencia, ve que este fin de semana ha venido el circo, y está deseando que llegue el domingo para ir a ver el espectáculo.
Mientras, Jacob va rememorando los primeros años de su juventud, cuando estaba acabando la carrera de veterinaria y, de repente, su vida cambió por completo. Acabó metido en un vagón del tren de un circo que recorría todo Estados Unidos. El espectáculo más grande del mundo de los hermanos Benzini. Pero a este circo le faltan algunos detalles para ser el más grande del mundo como, por ejemplo, elefantes y veterinario. El segundo detallito lo solucionan con Jacob, pero, ¿y los elefantes? ¿conseguirán alguno? El chico conocerá el amor con Marlena, la artista que trabaja con los caballos, hará amigos y enemigos y, sobre todo, cuidará de los animales lo mejor que pueda, dadas las circunstancias de la vida ambulante y la falta de medios.
Marlena aparece como una especie de maga que hace del espectáculo con animales un arte; el chico jamás había imaginado que en el circo hubiera tanta belleza, y menos trabajando con un animal tan “normal” como puede ser un caballo. Se enamora de ella, pero claro; es una mujer casada, y su marido es precisamente el jefe y protector de Jacob.
La autora se ha documentado sobre los circos de aquella época para hacer una historia llena de anécdotas que ocurrieron en la realidad y que, a priori, parecen salidas de su imaginación porque de verdad que le cuesta a uno imaginarse que pasaran esas cosas en un circo. Me ha dado mucha pena que los peones que montan y desmontan toda la estructura del circo sean considerados de una clase social más baja, que se tire del tren en marcha a los que “sobran”, y que no tuvieran consideración con los animales que, al fin y al cabo, son los que les hacían ganarse el pan. También hay anécdotas divertidas, pero tendréis que leer el libro para conocerlas.
Es curioso cómo Sara Gruen cuenta el final en las primeras páginas y consigue engañarte con el simple detalle de no poner nombres, porque yo estaba segura de cómo terminaría, pero al final resultó que caí en una equivocación: Jacob guarda un secreto.
Me ha gustado muchísimo la historia, tanto la del pasado del chico en el circo, como la del ancianito. Al final se me caían las lágrimas de la emoción, porque tiene dos finales felices, ¡dos! Comentaba con Booki, que también lo leyó, que nunca habíamos leído ninguna novela que tuviera como escenario, y nunca mejor dicho, un circo. Todo parece inverosímil, pero ya sabemos que muchas veces la realidad supera a la ficción y que todas esas cosas sucedían de verdad en aquella época. En cuanto a la puntuación, le voy a poner un 4 porque hay algo que no me llegó y es precisamente la historia de amor entre Marlena y Jacob: me apetecían más detalles, más explicaciones, más conversaciones…. Más de todo; creo que el romance se queda un poco cojo y que podía haber dado muchísimo más de sí.
Páginas: 534 Precio: 9′95€ Propósito personal: Sí (me quedan 64)