Ante el Palacio de Justicia de Tumaco filas interminables de personas esperan firmar una demanda colectiva por los daños causados tras el derrame de petróleo que les dejó sin agua, una vez más, según recoge el periódico colombiano El Espectador.
Y es que 160.000 personas se quedaron sin agua cuando el pasado 21 de junio, las FARC volaron un tramo del oleoducto Trasandino de Ecopetrol. Gran parte de los 1,5 millones de litros de petróleo derramados llegó al río Mira, que abastece de agua a Tumaco.
Los daños ambientales , los peores de los últimos 10 años, según señaló el responsable de medio ambiente , Gabriel Vallejo, empeoraron la crisis de agua que sufre el municipio. Los daños recientes se confunden con los acumulados durante años, y que se suman a la ausencia de alcantarillado: el agua es el gran basurero de cerca de 200.000 habitantes.
Solo el 7% del casco urbano de Tumaco tiene alcantarillado. En las zonas rurales algunos usan pozos sépticos; otros, simplemente vierten su basura al río o al océano, sin ningún tipo de control ni tratamiento. El agua contaminada causa cinco de las diez principales causas de muerte en el Pacífico, como la dermatitis y el parasitismo.
Durante 17 días, hasta que se restableció el servicio hídrico, la única fuente de agua que hubo en Tumaco fueron los camiones cisterna que atendieron la emergencia hasta donde se acercaba la gente con baldes y tanques.
La falta de agua tiene a agricultores y pescadores desesperados, la supervivencia resulta cada vez más difícil, ¿cómo mantener a las familias? Un hongo arrasó con la palma de aceite cuando empezaba a convertirse en su sostén económico. Después una plaga acabó con los camarones que pescaban. Los grupos armados y el narcotráfico reclutan a niños y jóvenes. Y ahora los derrames de petróleo que le dejan sin agua potable.
Cerca de 750 millones de personas en todo el mundo tienen serios problemas para acceder al agua potable (Unicef, Día del agua 2015). De estos el 90% vive en zonas rurales y están siendo marginadas del progreso en sus países. En Colombia se estima que alrededor de 3 millones de personas carecen de este servicio básico, muchos son afrodescendientes e indígenas. Los tumaqueños reclaman dejar de ser los olvidados.
Imagen: Tumaco. Juan Díaz/Global Humanitaria