En una remota isla de la costa atlántica, en un lugar idílico que siempre ha sido fundamental en las vidas de todos ellos, el quinceañero Michael y sus padres inician sus habituales y apacibles vacaciones… Hasta que la aparición del amor y las pasiones, tanto las juveniles como adultas, quiebra esa calma intocada hasta entonces.
Hay en estas páginas distintas formas de amor: el sensual, el paternal o filial, el romántico…
Magistralmente, Charles Simmons explora el corazón mismo de la necesidad de sentirnos deseados, la complejidad de los vínculos padres-hijos y la adolescencia de un chico con todos sus anhelos, confusiones y desengaños. Y lo hace con una prosa tan luminosa como los paisajes de esta fascinante novela.