De momento llama la atención que en el Orden del Día este punto figurase como "Reutilización de las aguas de la depuradora...", mientras que la prensa lo explica claramente: "El Ayuntamiento de Ibi venderá el agua de la depuradora a los regantes de Agost", porque es eso, ni más ni menos, una venta de agua, con todo lo que ello implica.
Aparentemente, el asunto no debería tener discusión, pues de dicha venta obtenemos 10 céntimos por metro cúbico, lo que puede suponer más de 50.000 Euros al año según estimaciones de los servicios téncnicos. Además, parece que el negocio se redondea definitivamente si con ello evitamos tener que pagar el canon. Conclusión, entre lo que ganamos y lo que nos ahorramos, el Ayuntamiento de Ibi se puede beneficiar en 120.000 euros mínimo cada año, según Agüera.
Entonces ¿porqué me abstuve? Pues como he explicado, porque aún estando de acuerdo con el "negocio" (siempre y cuando se asegure el caudal ecológico del río), no lo tengo todo claro desde el punto de vista jurídico. En primer lugar, el Ayuntamiento de Ibi todavía no tiene la concesión de los efluentes de la EDAR, es decir, se trata de agua de dominio público que de momento no es propiedad del Ayuntamiento. Y dice un viejo aforismo que "nadie puede transmitir más de lo que tiene". Se trata de una cuestión jurídica que tendrá que resolverse tarde o temprano para poder cerrar el negocio.
Una vez explicado lo anterior, voy a terminar haciendo referencia a un dato muy preocupante que he observado en el expediente. El canon que el Ayuntamiento pagaba por el agua vertida rondaba los 17.000 Euros, pues se consideraba que el agua que llega a la EDAR es fácil de depurar. Sin embargo, ese canon ha subido a 70.000 Euros de un año para otro.
¿Porqué ocurre esto? porque parece ser que se han detectado sustancias peligrosas en el agua que llega a la EDAR, lo que complica muchísimo su tratamiento. Según Agüera, se ha dado parte de estos hechos al SEPRONA y se están investigando los posibles responsables de estos vertidos salvajes, que además nos salen por un ojo de la cara.
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