Las pescadoras están perfectamente adaptadas para apresar a los peces y no soltarlos. Dos dedos para adelante y dos para atrás para hacer una perfecta presa, uñas largas, curvas y afiladas, además de unos pies dotados de escamas especiales que imposibilitan al pez escapar. Tanta perfección, en ocasiones, provoca situaciones límite y se conocen casos de águilas ahogadas por haberse atrevido con una presa demasiado pesada. Esto le podía haber ocurrido a nuestra protagonista que tuvo la suerte de pescar en aguas someras, con muy poca profundidad.
Las pescadoras están perfectamente adaptadas para apresar a los peces y no soltarlos. Dos dedos para adelante y dos para atrás para hacer una perfecta presa, uñas largas, curvas y afiladas, además de unos pies dotados de escamas especiales que imposibilitan al pez escapar. Tanta perfección, en ocasiones, provoca situaciones límite y se conocen casos de águilas ahogadas por haberse atrevido con una presa demasiado pesada. Esto le podía haber ocurrido a nuestra protagonista que tuvo la suerte de pescar en aguas someras, con muy poca profundidad.