(Nueva entrada en el blog #Másqueuntuit)
El Canal de Isabel II seguirá siendo una empresa pública. Al menos de momento. La joya de la corona madrileña ni se vende ni se empeña. No porque no quieran Esperanza Aguirre y su vicetodo, Ignacio González, sino porque la Comunidad no encuentra inversores. Nadie quiere arriesgar. En ocasiones no hay nada como un baño de realidad para que los gestores de lo público pongan los pies sobre la tierra. Fracasa el plan privatizador, el cuento de la lechera de la presidenta madrileña, tras cuatro años de dura travesía política. Ni privatización ni salida a Bolsa. El fiasco de la Bankia de Rato, interesada en beber del Canal, también debe haber pesado en la decisión. El político propone y los mercados disponen, ¡y no será porque no se lo habían advertido! Deberían haberlo tenido en cuenta antes de hacer este viaje, que tampoco ha resultado gratis. Ya lo dijimos en su día, agua que no has de beber…