Aguirre pretende bajar impuestos. Otro pulso a Rajoy

Publicado el 10 enero 2012 por Rgalmazan @RGAlmazan
Esta mujer no tiene parangón. Cuando todo su partido se encuentra justificando su gran mentira “subir los impuestos”, ella tan “echá-pa-alante” dice que está estudiando bajar el tramo autonómico del IRPF.
La lideresa, hay que reconocerlo es única. Supongo que Rajoy I, el desaparecido, estará tirándose de los pelos. Esto se llama hacer la cama al líder. Eso sí, ella sola.
Reconozco que es mucho más coherente que todos sus compañeros de partido. Al menos cumple con el programa neoliberal. Mientras que los demás incumplen sus principios.
Lo que ocurre es que lo hace a costa de los ciudadanos. Porque somos muchos los madrileños que no queremos que nos bajen los impuestos, que preferimos que esos recursos se dediquen a la Educación y a la Sanidad pública. A la dependencia y a cuestiones sociales.
Bajar los impuestos cuando está congelando salarios públicos, deteriorando la educación, privatizando la sanidad, incumpliendo la ley de dependencia, disminuyendo medios ante la violencia machista, es querer cargarse el Estado del Bienestar.
Todo esto mientras que Cospedal, Sáenz de Santamaría, De Guindos, Montoro y demás punteros del PP están justificando la necesaria subida de impuestos. ¿En qué quedamos?

Es simple y llanamente otro enfrentamiento de esta mujer beligerante y pendenciera hasta con su propio partido. Ahora pretende sacarle los colores a su líder, al que no le perdona que haya elegido a su enemigo político mayor, Ruiz Gallardón, para ministro.
Ella es así, guerrera y rencorosa. Se cree la más lista y no puede entender que Rajoy, un blando y menos listo que ella, se haya hecho con el puesto que sólo ella merece.
Por cierto que desde la Comunidad de Madrid dicen que ya lo tenían pensado antes de que el gobierno central subiera los impuestos. Es difícil de entender y nos deberían explicar por qué en los presupuestos aprobados hace poco tiempo, no lo han incluido. Está claro que se trata de echar un pulso al gobierno, y demostrarles que está ahí y que es capaz de llevarles la contraria, pero no porque piense en los ciudadanos, sino porque ella es poderosa y se pasa por las ingles lo que decidan en Génova.
Mientras, sus compañeros del gobierno han quedado descolocados y tratan de minimizar este problema: uno más, que causa la lideresa a su partido.
En fin, una lucha más de esta presidenta cuya soberbia y exhibicionismo son enfermizos. Una lideresa capaz de soplar y sorber a la vez si con ello demuestra que es quien manda y que no está sujeta a ningún otro poder.
Salud y República