Ahí estaban, brillantes y resplandecientes…

Por Muchochupchup

Ella las miraba, brillantes y resplandecientes. Ahí estaban, en el cuello de aquella señora, en sus manos, en sus dedos y en sus orejas…

 Le preguntó de dónde las había sacado y la señora le dijo:

- Niña, esto es algo demasiado valioso para ti,  además es muy difícil de conseguir y sólo unos pocos las pueden tener. -

 La niña se fue a casa extrañada y al llegar la noche pensó:

 - Pobre señora, no se ha dado cuenta que el cielo está lleno.-