Así amanece este día, sin machas y azul, anunciando el verano y un tiempo soleado y caluroso que ya llama a las puertas del calendario. Es el humor variable de un mes que lo mismo te hace estornudar por el frío y una lluvia inesperados, que te pone a sudar vestido aún con ropas de abrigo insoportables. No sabes qué ponerte para salir acorde a la temperatura ambiente. Las plantas del reino vegetal reaccionan de igual manera, perturbadas: unas, florecen, inundando la atmósfera de polen y olores, mientras otras continúan incubando yemas incipientes, aletargadas aún en su ciclo vital, ajenas a los mapas de meteorología. Abril se comporta con la misma voluptuosidad ambivalente de cualquier persona: a veces se despierta triste y vencido, como un día gris, y otras locuaz y alegre, como un día diáfano. Es su personalidad primaveral, como la mía.