Ahora las playas son suyas

Por Davidalvarez
El verano ha terminado y las playas que hace unas pocas semanas estaban llenas de gente se han quedado desiertas. Ya no hay sombrillas, ni toallas esparcidas por la arena. Todo esta vació y sólo quedan los restos de las algas y muchos de nuestros residuos como recuerdo de las últimas mareas. Pero la playa no está tan vacía como parece a simple vista.

En la arena seca, unas pequeñas aves poco más grandes que un gorrión, aparecen y desaparecen rápidamente entre los montículos formados por el viento y las mareas. Son chorlitejos grandes, que hace pocos meses nacieron en las planicies de la tundra y se encuentran ahora en pleno viaje migratorio hacia el sur. 

La mayoría de ellos nunca hasta ahora se habían encontrado con un ser humano y no nos consideran una amenaza. Pero en su código genético está escrito que las mayores amenazas suelen venir desde arriba, por eso, mientras rebuscan entre las algas secas y las piedras de la orilla los pequeños invertebrados de los que se alimentan, miran al cielo de vez en cuando, quedándose quietos si sienten la menor amenaza.
Los choriletejos pertenecen al gran grupo de los limícolas (Orden Charadriformes) que comprende 13 familias y varios centenares de especies. Estas aves muestran una gran cantidad de adaptaciones, que les permiten alimentarse en distintas zonas de las playas y humedales. 

Algunas tienen picos cortos para buscar alimento en la superficie mientras que otras, como los correlimos tridáctilos (Calidris alba) gracias a sus picos largos y afilados, pueden capturar los gusanos y otros invertebrados que se esconden bajo la arena.

Pero no todos los limícolas son aves de pequeño tamaño. algunas como las agujas colipintas (Limosa lapponica) pueden alcanzar los 80 cm de envergadura. Su enorme pico le permite capturar sus presas que se entierran a gran profundidad en la arena.

Pero estas adaptaciones morfológicas no tiene solo ventajas. una acción aparentemente sencilla como beber agua puede resultar una tarea complicada para un ave cuyo pico tiene casi la mitad de la longitud de su propio cuerpo.
Ya ha llegado el otoño y cualquier lugar que visitemos estos días nos puede dar una agradable sorpresa. 
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