Aquí nos llega la tercera entrega de la exitosa saga. La primera parte, Los padres de ella, podría definirse como una lucha entre los actores principales Robert de Niro y Ben Stiller (suegro y yerno respectivamente), en la segunda parte, Los padres de él, podemos ver como la familia va aumentando y con ella se van generando tensiones algunas resueltas y otras no, hasta llegar a la película que hoy presentamos, Ahora los padres son ellos, donde la familia ha aumentado con dos pequeños “Follen” y una “paz" acordada entre Greg y Jack, parece que todo va a ir sobre ruedas. Cuando se presenta todo el clan de Greg y Pam- incluido un antiguo amor rechazado por Pam, Kevin (Owen Wilson)- para celebrar la fiesta de cumpleaños de los gemelos (a los que más bien deberíamos de llamarles mellizos, ya que son niño y niña y no se parecen en nada), Greg debe demostrar a Jack que es completamente capaz de ser el hombre de la casa. Pero con todos los malentendidos, el espionaje y las misiones secretas, ¿conseguirá Greg pasar el examen final de Jack y convertirse en el próximo patriarca? ¿O se romperá para siempre el círculo de su confianza?.Esta tercera entrega, mantiene la línea de las otras dos, a pesar de ello, deberíamos remarcar que confirma la norma de “terceras partes nunca fueron buenas” ya que ya agotaron sus recursos para sorprendernos, si más no, hemos de admitir que es un exquisito plato comercial que animará a los seguidores de la saga a pasarse por las salas de cine. Acuerdos y desacuerdos, peleas y no peleas,… más o menos recurrentes y previsibles, convierte a Ahora los padres son ellos en el más flojo peldaño de la trilogía. Para finalizar, únicamente preguntar ¿por qué últimamente el género cómico se basa en recurrir a un uso de chistes fáciles relacionados con golpes, o referencias sexuales de mal gusto?, podemos ver un film con una escasa historia en ocasiones haciendo referencias a otras películas (la escena de Jack como si fuese Tiburón es realmente penosa). Valoración 3/5