L'elisir d'amore fue estrenada en el Teatro de la Canobbiana de Milán en 1832 con libreto de Felice Romano basado en un libreto que de Eugene Scribe había creado para Auber, El filtro, el libreto de Scribe, a su vez, se basaba en una obra homónima de Silvio Malaperta. La acción transcurre en un pueblo de Italia a principios del siglo XIX. Es una ópera bufa en dos actos muy fresca, sin grandes pretensiones, de melodías sencillas y populares, gratas al oido, que poco tienen que envidar al mejor Bellini. El desarrollo de la acción transcurre en esta misma línea de sencillez, sus personajes provienen de los arquetipos de la comedia del arte. Se trata de hacer una parodia de la leyenda del filtro de amor. Algunos dirán que es ridículo, yo les invito a que vayan a Google y escriban "filtro de amor", igual se sorprenden porque actualmente todavía hay caraduras que se dedican a hacer negocio de la ingenuidad de los demás, seguramente no son tan simpáticos como el viejo Dulcamara. Lo cierto es que cuando se lo toma Isolda ya no nos parece tan absurdo, no rechazamos la idea de un filtro de amor por extravagante, y es porque en la ópera de Wagner todo queda cubierto por un halo de seriedad y trascendencia. Nemorino, un personaje simple y acomplejado que se define a sí mismo como "un idiota", será capaz de superar sus problemas gracias a la influencia psicológica que el elixir de amor ejercerá sobre él, en ese preciso instante Adina caerá en sus redes. Una ópera intrascendente, sencilla y musicalmente muy hermosa cuyo argumento no es más malo que el de tantas otras.
L'elisir d'amore fue estrenada en el Teatro de la Canobbiana de Milán en 1832 con libreto de Felice Romano basado en un libreto que de Eugene Scribe había creado para Auber, El filtro, el libreto de Scribe, a su vez, se basaba en una obra homónima de Silvio Malaperta. La acción transcurre en un pueblo de Italia a principios del siglo XIX. Es una ópera bufa en dos actos muy fresca, sin grandes pretensiones, de melodías sencillas y populares, gratas al oido, que poco tienen que envidar al mejor Bellini. El desarrollo de la acción transcurre en esta misma línea de sencillez, sus personajes provienen de los arquetipos de la comedia del arte. Se trata de hacer una parodia de la leyenda del filtro de amor. Algunos dirán que es ridículo, yo les invito a que vayan a Google y escriban "filtro de amor", igual se sorprenden porque actualmente todavía hay caraduras que se dedican a hacer negocio de la ingenuidad de los demás, seguramente no son tan simpáticos como el viejo Dulcamara. Lo cierto es que cuando se lo toma Isolda ya no nos parece tan absurdo, no rechazamos la idea de un filtro de amor por extravagante, y es porque en la ópera de Wagner todo queda cubierto por un halo de seriedad y trascendencia. Nemorino, un personaje simple y acomplejado que se define a sí mismo como "un idiota", será capaz de superar sus problemas gracias a la influencia psicológica que el elixir de amor ejercerá sobre él, en ese preciso instante Adina caerá en sus redes. Una ópera intrascendente, sencilla y musicalmente muy hermosa cuyo argumento no es más malo que el de tantas otras.