Cuando el FMI, -(¿Porqué nunca caen los meteoritos donde deben?)- se mete a hacer conferencias para tratar el paro, podemos darnos por jodidos.
De aquí a que haya una conferencia de donantes con telemaratones de famosos y conciertos “guiardeguorl” a la luz de unas velas queda menos de una semana. Va a ser emocionante ver a George Cloony cogiendo el teléfono para recibir la donación generosa que va a dar Julito Iglesias (Patrocinado por el Gobierno de Valencia, of course).
A mi estas cosas siempre me han parecido el escenario de la hipocresía, donde al apagar el televisor si te he visto no me acuerdo, y donde los líderes políticos y aquellos que por fortuna (por su fortuna, digo) lavan su conciencia con bellos discursos que inevitablemente siempre acaban en donde dije digo, dije Diego.
Claro que para nuestra tranquilidad, tenemos a nuestro Presidente del Gobierno, al que no le falta imaginación. La Economía Sostenible tiene entre sus principales principios que hay que sacar fortalezas de donde en principio sólo se ven debilidades. ¿Y de que podemos presumir de tener mucho los españolitos?. No. De eso no y de sol, tampoco. De parados. Parados tenemos para dar, para guardar y para archivar. Pues nada mejor que montar un laboratorio mundial donde cada parado sea un conejillo de indias donde el capitalismo -ameeeennn- pueda ensayar sus recetas. De ahí que él no vea parados cuando están haciendo un curso de Diámetros de agujeros para tornillos de rosca-chapa o Montaje y Desmontaje de embalajes de cartón -nivel avanzado- sino que se están formando a lo Kennedy: por su país. (Con mayúscula y reforzando el patriotismo con el puño cerrado de arriba, abajo)
Eso si. Mientras estamos formándonos para ir a engrosar la lista de médicos y enfermeras de Gran Bretaña, hemos de reformar las pensiones, que es ine-vi-ta-ble el alargar la vida laboral ya que dedicáis un huevo de tiempo a formaros y luego no me cotizáis con generosidad. Es un compromiso firme que tiene con la comunidad internacional, aka “mercados, aka Botín, que ya ve un negocio seguro en lontananza, de esos que les gusta a la banca. Con nosotros tenía otro compromiso, pero nunca supimos leer ni entre líneas ni la letra pequeña del programa socialista, esa que al igual que el catálogo de Ikea dice que lo mismo el precio no es exactamente lo que dice el catálogo, pero la culpa la tiene la coyuntura y montoto el de la moto.
Hay que ver el tío que listo que es y lo poco que le valoramos, que incluso le vamos a montar una huelga general.
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