Es este un vino procedente de viñedos de Amandi, en las empinadas riberas del río Sil, del que se elaboraron algo menos de 6000 botellas tras una suave extracción y sin paso por madera.
Viña Regueiral 2008 (DO Ribeira Sacra, tinto joven, 100% Mencía, Bodegas Regueiral) nos mostró un bonito color picota claro, de capa baja, con ribete violáceo. Nariz agradable y de buena intensidad, marcada inicialmente por mucha fruta roja dulzona, con recuerdos de pizarra, y que tras evolucionar en copa, deja aparecer aromas florales y terrosos, y notas que semejaban un leve paso por las barricas. En boca, el ataque es suave y fresco, con muy buena acidez, que en esta ocasión no se mostró para nada agresiva ni discordante, ligero, con un retronasal claramente frutal, y unos taninos presentes que dejan un final algo secante, en absoluto desagradable.
He leído que a algunas personas este vino les sugería claramente un borgoña, incluso jurarían que llevaba Pinot noir. Casualmente, yo he estado probando hace nada algo de esta famosa región francesa, y tuve la misma percepción de recuerdos borgoñones al beber este mencía.
Otro ejemplo de las pequeñas joyas que se están haciendo en la Ribeira Sacra, que empieza a ser necesario que se haga mayor y la dejen aparecer en cartas y catálogos.