Hay dos cambios importantes con respecto a las dos anteriores. Uno: hay un salto de tiempo. Dos: el narrador ya no es Félix, es su nieta, Zelda. Hoy, la tercera parte y última de Una vez escrita por Morris Gleitzman:Ahora.
He echado de menos al "niño protagonista" pero, por suerte, aunque no es él el que cuenta los hechos, está presente en ellos. Sigue siendo un personaje (muy) especial y el paso de los años no lo ha cambiado. Es mejor persona que antes, si cabe, mas, vayamos por partes.
La chica se va a vivir con su abuelo cuando sus padres se van por una temporada a África como médicos voluntarios. Él la apoyará y le enseñará todo cuanto esté en su mano que ya es mucho.
Es imposible no encariñarte con ella como lo es no echar de menos a Zelda, la amiga, la "hermana", de nuestro protagonista, la que vivió con él el horror de la guerra. En esta ocasión, también se enfrentarán a una situación crítica, una catástrofe natural. ¿Cómo acabará todo?
Gleitzman cuenta de tal manera los hechos que logras empatizar con los protagonistas a la primera. El lenguaje sencillo y los capítulos breves ayudan a ello. Conste que en esta ocasión tampoco he podido evitar emocionarme al recordar momentos de las obras anteriores.
En resumen, a la serie ni le sobra, ni le falta nada. Y es que para mí, las tres son de lo mejor, vamos, cinco de cinco estrellas. ¡Saludos devorador@s!
-Reseña de Una vez y Entonces.
Agradecimientos Kailas Editorial