Ainhoa Arteta es una sobrevalorada soprano que va con ínfulas de ser una de los nombres de las grandes de hoy, ayer y siempre, pero es una segundona que apenas ha tenido papeles importantes.
Toda su fama se debe a la promoción y venta de humo. Aparece más por la tele como celebrity que como cantante.
Su técnica como soprano es muy mediocre y descontrolada. Igual de impostada que Il Divo. Cuando canta lírico da el pego entre los que no son seguidores, pero cuando canta temas conocidos (La muerte no es el final o Tears in heaven) se le nota su mediocridad.
Por 2020 se apuntó a la causa covidiana a dar penita y meter miedo para que se acuerden de ella y no falte curro que la cosa laboral en ese gremio.
Pero le salió mal. La grafenaron con la pacuna y empezó a derroerse de lo lindo. Empezó a caerse a trozos.