AIRE de Barcelona se ubica en un antiguo almacén de carne del Mercado de El Born, donde tiempo antes había los pozos de abastecimiento de la ciudad. Las piscinas de Aire se encuentran bajo las bóvedas de ladrillo, un lugar singular en el que relajarse. Cada Aire, en las diferentes ciudades (Sevilla, Almería, Vallromanes, New York y los futuros Londres, Chicago o Paris) en las que podemos encontrarlo, es único. Y en ellos podemos disfrutar de la antigua tradición del baño griego y romano. Solo hace falta cerrar los ojos y evocarnos a otra época, en donde las termas eran lugar de reunión social.
Salt Massage es la última experiencia incorporada al amplio listado de tratamientos que ofrece el spa urbano. Se trata de una experiencia de 3 horas de duración, que pueden parecer mucho tiempo pero que pasa en nada. Es un ritual diseñado para sentir como nuestra energía se renueva gracias a la extraordinaria composición de la sal del Himalaya y a sus efectos detoxificantes y purificantes.
Nosotros llegamos a AIRE, dónde nos pusieron unas pulseras y nos acompañaron a los vestidores. Una vez en el vestidor te dejan una taquilla para guardar las pertinencias. Debemos ponernos el traje de baño, ya sea bañador o biquini y luego unos peucos que no pueden sacarse en ningún momento. Ya listos, con el albornoz en mano bajamos a la zona de baños. Allí vemos ya otra atmósfera: luz tenue, música ambiental y una humedad que nos invade. En este momento nos enseñaron las diferentes zonas: los baños caliente, templado y frío; el baño de Mil Chorros, el Baño de Vapor y el Flotarium. Nos recomiendan que comencemos el ritual en el Baño de Vapor, así abriremos bien los poros para recibir los posteriores tratamientos. El Baño de Vapor está aromatizado con eucalipto y lo hace muy agradable. Estuvimos allí un ratito, hasta que nos vinieron a buscar para comenzar el Salt Massage.
Para comenzar el Salt Massage nos tumbamos en una camilla bien cómodos y se comienza la Envoltura de Sal. Nos van masajeando por todo el cuerpo con sal del Himalaya y luego nos envuelven como con una sábana y nos dejan así un ratito. Ya nos avisan que puede que nos pique el cuerpo y es debido a la atmósfera que se crea al tapar el cuerpo y la propia sal que va actuando. A mi no me picó, pero depende de la sensibilidad de cada cuerpo. Ya envueltos en mucha sal, toca el turno al Masaje CraneoFacial. ¡Qué gustito al recordarlo! Esto dura como unos 30 minutos y pasado este tiempo, nos duchamos para quitarnos bien la sal del cuerpo. En este momento nos recomendaron cambiar el bañador que estaba mojado por ropa interior desechable, para no estar incómodos a la hora del masaje, que entre uno y otro dura una hora más.
Pues bien, una vez duchados y ya sin sal en el cuerpo fuimos a otra sala. Si vas en pareja, tu y tu pareja estáis en la misma sala con los encargados de realizar el masaje. Normalmente toda la experiencia la haces con la misma persona, que te va explicando lo que va haciendo en cada momento. En este punto y ya tumbados nos realizaron un Masaje con Piedras Calientes de Sal del Himalaya. Con las piedras calentitas, van masajeando las diferentes zonas del cuerpo. Es un gustazo el momento en que está muy caliente y te la ponen en un punto de tu cuerpo.
Por último, le toca el turno al Masaje Corporal Relajante. Este masaje tiene una duración de 30 minutos. Ya no es con piedras de Sal sino con las propias manos. El resultado es mega-relajante, tanto que si no te das cuenta te quedas dormido en la camilla. Cuando te dicen que ya han acabado no puedes ni creértelo. Como os decía, estás en otra dimensión, muy relajadito.
Tan relajados nos volvimos a poner el albornoz y bajamos a la zona de baño, dónde nos prepararon un Té Oolong con matices de papaya, albaricoque, kiwi, bayas de goji y pétalos de caléndula y aciano. Qué bien entra en ese momento, ya que tanto masaje te deja exhausto y con algo de sed.
Templarium - AIRE Barcelona
Con los masajes hechos y tras tomar el té ya podemos disfrutar de las diferentes piscinas. Nosotros volvimos a comenzar por el Baño de Vapor, ya que la anterior vez habíamos estado poco rato y nos gustó mucho la sensación. Sólo entrar es un poco agobiante ya que hay muchísima humedad, pero una vez allí dentro te acostumbras y estás tan bien, allí tumbadito tan tranquilito y respirando ese aire.
Después le tocó el turno a los Baños Frío, Caliente y Templado. Nos recomendaron primero estar en el Templarium, seguir por el Caliente y acabar en el Frío. La verdad es que el Templado es el que más me gustó de los tres, ya que la temperatura es óptima. Eso sí, ir haciendo baños cortitos de caliente y frío activa la circulación y va super bien para las piernas cansadas. Pero estar mucho tiempo en el Baño Frío es cosa de valientes.
Otro de los baños que más me emocionaron fue el Baño de Mil Chorros. Qué a gusto se está con tanta burbujita por todas las partes de tu cuerpo. Puedes activar y volver a poner los chorros y es que ni te das cuenta! Yo aquí estuve un buen rato, ya que en mi casa no tengo chorros en la bañera y fue una experiencia nueva para mí.
Por último, fuimos al Flotarium. Se trata de un baño de Sal dónde estás flotando como tal. Es una gozada ya que literalmente flotas, como si estuvieras en el Mar Muerto. Yo me dejé ir y fui como levitando por la piscina. Es toda una sensación y dicen que es muy desestresante. Lo tomaré en cuenta y lo apuntaré en la agenda en épocas de mucho estrés laboral. La particularidad de este baño es que está un poquito más alto que el resto de baños y puedes ver el maravilloso espacio de AIRE de Barcelona.
Antes de salir de los baños podéis tomaros un Zumo o una copita de cava con bombones. Nosotros elegimos la opción del Zumo y no sabéis bien lo bien que nos sentó. Ya era la hora de comer, y sí, el agua hace entrar hambre. Es un extra para añadir a la experiencia que la hace de sobresaliente. En AIRE cuidan los detalles y estos zumos son tremendos. Hay varios dónde elegir, todos ecológicos y buenísimos.
Como os podréis imaginar salimos como nuevos. Levitando, en otra dimensión. Pero es que la desconexión es máxima. Es una buena idea que no permitan el uso de móviles en la estancia, para así evitar mirarlo o estar más preocupados de hacer un tweet o una foto para subirla a Instagram. Parece una tontería, pero podemos estar varias horas sin el móvil. Como detalle os diré que ya de vuelta al vestidor, los cosméticos de aseo son de la firma L'Occitane, que me encanta. En las duchas disponemos tanto de gel de ducha, como champú y acondicionador. Y ya una vez fuera de crema corporal. Hay varios tocadores para acabar de acicalarnos, con peines, secadores y demás útiles de belleza. Un detalle muy agradecido ya que sólo debemos llevar el bañador para la experiencia y no cargar con neceseres.
La experiencia Salt Massage tiene un precio de 130€ y una duración de 180 minutos. Nosotros la realizamos en AIRE de Barcelona que está en El Born. Podéis disfrutar de esta y cualquiera de las experiencias que ofrecen en cualquiera de los baños que tienen. Os las recomiendo 100%, tanto para comenzar las vacaciones con buen pie, para desconectar un día que tengáis libre o bien para regalarooslas cuando más os apetezca. ¡Ahora en verano es una época fantástica para disfrutarla!
¿Habéis estado alguna vez en AIRE o en algún Spa? ¿Os gustó la experiencia?
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