Si a esto le sumamos que estos blancos están elaborados con todo el mimo y amor posible y respeto por la tierra de donde proceden, las sensaciones a experimentar se pueden multiplicar. Son esos vinos diferentes, atípicos y con mucha personalidad, que salen de los estándares universales, siguiendo una filosofía natural e inequívocamente respetuosa con su entorno para poder transmitir la verdadera esencia de su ser.
Uno de los productores o “creador de sueños” españoles que saben hacer muy bien esto es Samuel Cano en la extensa La Mancha, más concretamente en Cuenca. Su gama de “Vinos Patio” transmiten al consumidor esa verdad líquida sólo posible trabajando en armonía con la naturaleza, con una agricultura totalmente natural y una elaboración muy personal, antojosa a veces, pero siempre aplicando las prácticas naturales, sin añadidos ni fertilizantes químicos.AIRE EN EL PATIO 2011 100% airén de cepas viejas en vaso de más de 65 años de Mota del Cuervo (Cuenca).Vino de mesa.Criado en barricas nuevas de roble americano durante 6 meses.13% alcohol.500 botellas aprox.8-10€ aprox.
VISTA
En copa es un vino turbio aunque con la brillantez propia de los vinos jóvenes. Su color es un poco dorado (oro nuevo) con reflejos entre ámbar y cobrizo de baja intensidad, parecido al color de los amontillados jerezanos cuando son jóvenes, y movimiento algo denso en copa, dejando gruesas lágrimas que resbalan por el cristal. La turbidez es su aspecto más destacable en esta fase de la cata, donde nos avisa de la naturalidad del vino y ausencia de cualquier filtración. Recordemos que no se debe juzgar a un vino por la primera impresión, la vista, siendo sólo un dato orientativo pero nunca determinante.
OLFATO
A copa parada destaca por sus matices varietales y sensación algo dulce. Recuerda al caldo de la lata de piña en almíbar y a la Flor de Azahar del naranjo. Movemos y aparecen nuevos aromas no muy intensos pero originales: nísperos, carne cocida, arcilla, frutos secos (orejones y almendras), manzana al horno, crema de bollo, vainilla, miel, dulce de membrillo, etc. Da sensación de un vino fresco, silvestre y salvaje.
GUSTO
En boca, de entrada es amable, ligero, graso, cítrico, de acidez equilibrada y final amargoso y persistente. Diferente, rústico y con mucha personalidad. Los aromas cítricos y los mencionados en la fase olfativa vuelven en esta fase por el retrogusto dejando una agradable sensación calurosa. Me gusta su complejidad, madurez y personalidad.
Otro aspecto destacable en este singular vino es su capacidad para evolucionar en copa, volviéndose más redondo en boca y regalándonos nuevos aromas a lo largo de su disfrute como a resina de pino, brea o cedro entre otros.También es increíble cómo estaba el vino después de una semana desde que lo abrí, cómo había cambiado pero para bien. Es una de las características positivas que tienen estos vinos naturales, que no te mienten y no están engañados con aditivos químicos que, al final pienso, actúan negativamente en este aspecto.